jueves, 22 de enero de 2015

DON ANICETO...

Con la carga de sus años
hoy lo vi a Don Aniceto,
camino de Mamel Choique
otra vez como tropero.
Un marucho le iba arreando
unas mulas de repuesto,
delante’e la chata vieja
que pone pena al silencio
cuando los rayos se quejan
de viejos y de resecos.

Su estampa ya conocida
persiste a través del tiempo;
boina cayendo a la frente,
pañuelo de cuello negro,
bombacha de gabardina,
e infaltable saco’e cuero
con que pelea a los fríos
y se ataja de los vientos.
Cuántos años hace ya
que veo a Don Aniceto
con la misma indumentaria
que lo distingue de lejos.

Tuvo tropa’e varias chatas
que quedando se le fueron
a la vera’e los caminos
vencidas por el esfuerzo;
y también porque en el pago
se acababan los herreros.

Hoy apenas lo acompaña
esa chata, que no creo
siga mucho por las huellas
para que al menos el dueño
se sienta como de mozo
un tropero de los buenos;
aunque hoy se ocupe en poner
alambre a campos abiertos,
porque también ese oficio
de alambrador fue aprendiendo
cuando a su tropa el rigor
del camino fue venciendo.

Pero a las chatas y mulas
él nunca les saca el cuerpo…
con esa que apenas anda
y que usa en su oficio nuevo
va dejando el material
donde ha de pararse luego
un alambre que seguro
va a originar algún pleito.

Y aunque ande de alambrador
la estampa’e Don Aniceto
aunque le den muchas vueltas
¡es estampa de tropero!
                                        (1969)
Verso de Elías Chucair

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