lunes, 28 de septiembre de 2015

EL RESERO

Venías por el verde del sendero
cuando la tarde se pialó en tu lazo
acariciando el anca de tu overo.
Rojo, detrás de ti, quedó el ocaso

amortajando al rubio misionero.
La noche te esperaba en su regazo
para acunarte en alas del lucero
mientras la luna, con sereno trazo,

rubricaba de plata la llanura.
Apeóse tu cansancio entre las huellas
por donde van tus sueños en tropilla,

y al brindarte la pampa su blandura
durmióse tu fatiga en las estrellas
bajo un suave perfume de gramilla.

Versos de Lázaro Seigel