lunes, 22 de octubre de 2018

LA REFALOSA


Las sombras danzan, ebrias, tras lo velones,
y se achican y agrandan como borrones,
sobre el pecho desnudo de algún mulato…

Trajinar de sedientas manos obscenas.
Cuelga pringue en la grasa de las melenas
y en las bocas un tufo de alcohol barato…

Un sargento -de rojo- se despatarra
sobre un banco de pino. Con la guitarra
ensaya -cachaciento- “La Refalosa”,

y una pardita joven, se alza la bata,
se arregla la pollera, rosa escarlata,
y se acerca al sargento, ceremoniosa…

Él, la mira con ojos de tigre en celo
y -entre un acorde y otro- se alisa el pelo,
y se estira el bigote de cerda recia…,

mientras ella, coqueta, revolotea
los ojos. Y en el ritmo que la menea,
acomoda las curvas, con risa necia…

Han gritado en la calle los pelotones,
que paran en la puerta, y a borbotones
entran, blandiendo lanzas, como corsarios…

-“Que viva nuestro insigne general Rosas…!
-Y que sigan tocándoles ‘refalosas’
‘en el cogote’, a todos lo unitarios…!”

Hay un coro de rojo. Y en infernales
carcajadas siniestras, todas iguales
se enredan en la danza de aquella moza…

-“Morenita bandida, la federala,
“con ancas” musculosas, como baguala,
para seguir bailando ‘La Refalosa’…!

Versos de Cátulo G. Castillo

viernes, 19 de octubre de 2018

MALAMBO


El zambo malambo
rebota en la bota.
Y el mozo, del bozo
naciente, rugiente
palpita y se agita
en duras posturas
de potro…
                   El otro
se apresta a la gesta,
y se ata -escarlata-
la vincha.
                Se cincha
primero, altanero
la rastra.
                 Se arrastra
despacio al espacio
que azota la bota,
y salta a la alta
batalla que estalla…

El zambo malambo
rebota y azota
de guerra la tierra…

Ceñidos… Curtidos…!
Cansados… Sudados…!

Bizarras guitarras
se obstinan y trinan,
batiendo y sufriendo
sus sones.
                 Mirones
hay muchos, y duchos…!

La danza ya alcanza.
Ya cunde, ya funde
los modos de todos,
que valen y salen
al frente caliente…

El zambo malambo,
crecido, encendido,
contagia su magia…

Y en una laguna
del cielo, pomelo,
la luna se apunta
rodando, mirando
la danza que avanza…

Y llega a la vega
la aurora que dora
temprana el trigal,
y el zambo malambo
se apaga en la vaga
postura final…

Versos de Cátulo G. Gastillo

jueves, 18 de octubre de 2018

PERICÓN


25 de Mayo, y a la voz de “’aura”…!
Y a la voz de “áura”…!
Los caballos se duermen
bajo las sombras de la encinas.
Ya los mozos le clavan
sus nazarenas a los hijares
de la tierra, que es yegua,
y al sol relincha…
Y al sol relincha…!

-“Bastonero, el más viejo…!”
La rueda grande gira en la vuelta
y a la voz de “áura”… y “áura…!”,
los espirales del molinete.
Botas. Rastras. Y el lujo
de las virolas y las guitarras.
Trenzas pampas, colgando
desde los moños blanquicelestes…

A la voz de “áura”… y “aura…!”
y el paseíto. Y las relaciones.
Socarrones los versos
saltan ladinos entre las risas.
Las polleras enredan
coplas de cardos y mirasoles,
y cada gaucho sabe
de los rubores de cada china…

Y a la voz de “áura”, y “áura…!”,
reclama el viejo. Con los pañuelos
el pabellón florece su calesita
color bandera.
Se hacen graves los gestos,
y hay una fiera luz que se enciende,
y sacude en los pechos
su corajeada de montonera…!

Versos de Cátulo G. Castillo