El
zambo malambo
rebota
en la bota.
Y
el mozo, del bozo
naciente,
rugiente
palpita
y se agita
en
duras posturas
de
potro…
El otro
se
apresta a la gesta,
y
se ata -escarlata-
la
vincha.
Se cincha
primero,
altanero
la
rastra.
Se arrastra
despacio
al espacio
que
azota la bota,
y
salta a la alta
batalla
que estalla…
El
zambo malambo
rebota
y azota
de
guerra la tierra…
Ceñidos…
Curtidos…!
Cansados…
Sudados…!
Bizarras
guitarras
se
obstinan y trinan,
batiendo
y sufriendo
sus
sones.
Mirones
hay
muchos, y duchos…!
La
danza ya alcanza.
Ya
cunde, ya funde
los
modos de todos,
que
valen y salen
al
frente caliente…
El
zambo malambo,
crecido,
encendido,
contagia
su magia…
Y
en una laguna
del
cielo, pomelo,
la
luna se apunta
rodando,
mirando
la
danza que avanza…
Y
llega a la vega
la
aurora que dora
temprana
el trigal,
y
el zambo malambo
se
apaga en la vaga
postura
final…
Versos
de Cátulo
G. Gastillo
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