viernes, 20 de septiembre de 2013

SEMBLANZA DE DON ANDRÉS

Sucedió en noviembre trece
en el Museo “José Hernández”,
domingo de fiesta grande
que cada tanto aparece,
y que al paisano merece
tanta consideración.
Pa’ mejor, en la ocasión
de la reunión nativista,
fue celebración prevista
del Día de la Tradición.

Fue después del mediodía
cuando el desfile disponen,,
un criollo que lo compone
de su montado caía;
por cierto que parecía
como herido por un rayo,
y cayó de su caballo
quedando en la tierra, inerte,
sobreviniendo la muerte
del aparente desmayo.

Y me contaba un paisano
-al que él, dio la bienvenida-,
que pareció despedida
su saludo campechano.
Así lo hizo -muy temprano-
como una premonición;
fue como una sensación,
por el cimbrón de su abrazo,
de que se cortaba el lazo
-de su vida- de un tirón.

Honroso destino sella
mezclando dolor y orgullo,
al que anduvo cerca suyo
en esa argentina huella.
Y el olvido no hará mella
en quien lo trató una vez,
y tal vez, o sin tal vez,
-porque partir es seguro-
en el lugar de los puros
hallemos a Don Andrés.

Porque así daba en llamarse
quien en mi relato asoma,
Don Andrés Eduardo Gromaz
hombre nacido en Balcarce;
pago que lo vio alejarse
rumbeando pa’ Mar del Plata,
donde -en familia- desata
esas artes sin apoyo,
haciendo “Mosaico Criollo”,
audición radial muy grata.

Medio siglo de su vida
apuntalando el gauchaje,
merecieron homenaje
que precedió a su partida.
Porque fue ejemplo de vida
de un argentino derecho;
por auténtico, y sospecho
-sabiendo su condición-
que, pa’ su gran corazón,
le quedaba chico el pecho.
                                     (24/11/1994)
Versos de Raúl Martínez