domingo, 26 de mayo de 2019

CANTO A LA PATRIA


Se desatan los vientos en canciones
por las cuatro latitudes veneradas
y resuena por pampas y montañas
sean eternos los laureles… Patria amada.
Y al evocar las gestas del pasado
que la historia impertérrita detalla
flamean estandartes de victorias
que supimos conseguir… en las batallas.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra
bendita creación, nunca igualada…
con la esperanza de tus campos verdes,
hic iste alfombra de tus pampas anchas;
perennemente brilla el sol desde lo alto,
iluminando tu majestuosa estampa…
Por un lateral el amplio océano
manda su espuma para besar tus playas,
mientras que forma un raro paralelo
con el Ande majestuoso y sus montañas.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra,
mestiza en hombres de conciencia clara,
donde el blanco y el indio nos legaron
una indomable raza americana;
tu gloria, no es la gloria de ninguno
sino la conjunción de muchas razas
que ayer se unieron y en loable esfuerzo
quemando vidas… nos dejaron Patria.
Sumiso el negro, te entregó nobleza;
valiente el gaucho, jineteando ariscos
forjó tu gloria a tacuara y lanza.
Por eso, en todos los rincones de tus predios
imaginariamente se levantan
monumentos y estatuas invisibles
de quienes dieron todo, sin pedirte nada.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra
con su bandera tan azul y blanca
que fuera hilada de un jirón del cielo
en la rueca del Paraná y sus barrancas…
Y para que flamee libre como el viento
y se mantenga enhiesta y soberana
está de guardián en tus cúspides andinas
el más grande de los “santos de la espada”.
Deambulan por todas tus provincias
nombres de héroes que en campos de batallas
se dieron fieles, sin temerle al miedo,
en un afán de ideas libertarias.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra,
en donde afirmó su fe la raza gaucha…
abriendo surcos y acortando leguas
brotando a raudales… esperanzas,
por tus campos preñados de ilusiones
la espiga germinó potente y amplia
y el reino de color te dio su flores
a lo largo de todas las distancias.
Como un mandato mineral del tiempo
proliferaron un días tus entrañas,
demostrándole al mundo de los mundos
que por algo tu nombre es de plata…
La blanca nieve de tu Patagonia,
se extendió por los campos en majadas,
al compas que rumiaron tu grandeza
un himno mugidor… toros y vacas.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra
por donde se extendieron las labranzas
para darte ciudades cual ningunas
comparando bellezas y bonanzas…
En ellas crecieron las industrias,
brotaron chimeneas en las fábricas
y rugieron febriles los motores
en un coloquio de hombres y de máquinas…
Y como si todo eso fuese poco,
te sobró el tiempo para hermosearlas:
creando parques, jardines y paseos
para que el mundo regale sus miradas.

Argentina!... zumo de plata que nos dio la tierra
quién al verte tan bella no te canta
si la misma guitarra de otras tierras
aquerenció sus trinos, en tus pampas.
Y andando por los cerros y los valles
en sus cuerdas la noche se hizo magia,
preludiando milongas bien sureñas
y trayendo del norte, viejas zambas…
La luna te prestó todas sus formas
para que de ellas hicieras una caja
y cantaras las coplas más sentidas
recordando al indio manso y sus bagualas.
………………………………..
Se desatan los vientos en canciones
por las cuatros latitudes veneradas
y saludan al presente con un grito:
Coronados de gloria vivamos… en tu entraña.

Y al evocar las gestas del pasado
que la historia impertérrita detalla
si alguien pretende mansillar tu nombre
O juremos con gloria morir… por esta Patria.

Versos de Víctor Abel Giménez (Vasco)