Se desatan los vientos en
canciones
por las cuatro latitudes
veneradas
y resuena por pampas y montañas
sean eternos
los laureles… Patria amada.
Y al evocar las gestas del pasado
que la historia impertérrita detalla
flamean estandartes de victorias
que supimos
conseguir… en las batallas.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra
bendita creación, nunca igualada…
con la esperanza de tus campos
verdes,
hic iste alfombra de tus pampas
anchas;
perennemente brilla el sol desde
lo alto,
iluminando tu majestuosa estampa…
Por un lateral el amplio océano
manda su espuma para besar tus
playas,
mientras que forma un raro
paralelo
con el Ande majestuoso y sus
montañas.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra,
mestiza en hombres de conciencia
clara,
donde el blanco y el indio nos
legaron
una indomable raza americana;
tu gloria, no es la gloria de
ninguno
sino la conjunción de muchas
razas
que ayer se unieron y en loable
esfuerzo
quemando vidas… nos dejaron
Patria.
Sumiso el negro, te entregó
nobleza;
valiente el gaucho, jineteando
ariscos
forjó tu gloria a tacuara y
lanza.
Por eso, en todos los rincones de
tus predios
imaginariamente se levantan
monumentos y estatuas invisibles
de quienes dieron todo, sin
pedirte nada.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra
con su bandera tan azul y blanca
que fuera hilada de un jirón del
cielo
en la rueca del Paraná y sus
barrancas…
Y para que flamee libre como el
viento
y se mantenga enhiesta y soberana
está de guardián en tus cúspides
andinas
el más grande de los “santos de
la espada”.
Deambulan por todas tus
provincias
nombres de héroes que en campos de
batallas
se dieron fieles, sin temerle al
miedo,
en un afán de ideas libertarias.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra,
en donde afirmó su fe la raza gaucha…
abriendo surcos y acortando
leguas
brotando a raudales… esperanzas,
por tus campos preñados de
ilusiones
la espiga germinó potente y
amplia
y el reino de color te dio su
flores
a lo largo de todas las
distancias.
Como un mandato mineral del
tiempo
proliferaron un días tus entrañas,
demostrándole al mundo de los
mundos
que por algo tu nombre es de
plata…
La blanca nieve de tu Patagonia,
se extendió por los campos en
majadas,
al compas que rumiaron tu
grandeza
un himno mugidor… toros y vacas.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra
por donde se extendieron las
labranzas
para darte ciudades cual ningunas
comparando bellezas y bonanzas…
En ellas crecieron las industrias,
brotaron chimeneas en las
fábricas
y rugieron febriles los motores
en un coloquio de hombres y de
máquinas…
Y como si todo eso fuese poco,
te sobró el tiempo para
hermosearlas:
creando parques, jardines y paseos
para que el mundo regale sus
miradas.
Argentina!... zumo
de plata que nos dio la tierra
quién al verte tan bella no te
canta
si la misma guitarra de otras
tierras
aquerenció sus trinos, en tus
pampas.
Y andando por los cerros y los
valles
en sus cuerdas la noche se hizo
magia,
preludiando milongas bien sureñas
y trayendo del norte, viejas
zambas…
La luna te prestó todas sus
formas
para que de ellas hicieras una
caja
y cantaras las coplas más sentidas
recordando al indio manso y sus
bagualas.
………………………………..
Se desatan los vientos en
canciones
por las cuatros latitudes
veneradas
y saludan al presente con un
grito:
Coronados de
gloria vivamos… en tu entraña.
Y al evocar las gestas del pasado
que la historia impertérrita detalla
si alguien pretende mansillar tu
nombre
O juremos con
gloria morir… por esta Patria.
Versos de Víctor Abel Giménez (Vasco)