Para
vos, mujer rural,
hoy
te dedico estos versos
porque
conozco el esfuerzo
y
tu lucha sin igual.
Sos
agua de un manantial
con
pureza cristalina
puntal
de nuestra Argentina
por
tu temple y tu valor
sos
sembradora de amor
sobre
esta tierra divina.
El
campo te vio nacer,
te
vio mujer, madre, esposa,
y
una abuela cariñosa
fuiste
al envejecer.
Cumpliste
con tu deber
porque
sos mujer y hombre,
y
sin que nadie se asombre
reparás
un alambrado,
como
plasmas un bordado
o
el monograma de un nombre.
Ordeñas
una lechera,
o
montás un redomón,
acomodás
un galpón
o
curás una bichera.
Por
ser buena lavandera
blanqueastes
al sol tu ropa
y
cuando tu gente en tropa
la
cocina atropellaba
allí
siempre vos estabas
con
un guiso o una sopa.
Se
te hace corto el día
para
todos tus quehaceres
aunque
sos de esas mujeres
que
en todo pone alegría.
Y si
en la dura porfía
sentistes
algún dolor,
nadie
de eso se enteró
porque
te saben valiente
y
a veces por ser tan fuerte
nadie
de vos se ocupó.
Vos
revisás un cuaderno
y
a tiempo pegás un reto
sabiendo
imponer respeto
en
estos tiempos modernos.
Y con
instinto materno
poniendo
todo tu afán
tanto
amasás el pan
como
un abrigo en invierno
y
con acento muy tierno
un
consejo sabés dar.
Mujer
rural, te respeto,
te
quiero, te admiro tanto
porque
tenés el encanto
de
un actuar sencillo y recto.
Yo
me identifico en esto
y
lo digo con orgullo
por
eso que este capullo
de
versos pongo en tus manos
guardalo
bien y cuidalo
¡porque
es solamente tuyo!
Versos
de Isabel
Carrizo