viernes, 4 de enero de 2019

OSIRIS


En el pañuelo del viento

se fue una lágrima triste
que derramó tibia y honda,
la angustia de los humildes.
Milongas de medio luto
sencillas, rudas y simples,
los taciturnos paisanos
de franca y de recia estirpe
se hunden en pozos de sombras
tras de las huellas de Osiris.

Andarás de forastero
como el viento en los aljibes
ya no tendrás un matungo
que te olfatee, o te relinche,
y en los paisajes de Algorta
donde el ocaso es tan triste
quedará tu rancho muerto
sin un candil que lo tizne
porque los troperos pasan
silbando tu nombre Osiris.

Sentí los grillos nocheros
con un himno de violines
acompañando a una sombra
que hacia el norte se dirige,
iba flotando en el aire
su oscuro potro alarife
junto a un perro cimarrón
de ojos hondos y temibles;
y la guitarra me dijo
"áhi pasa el alma de Osiris".

Canto por tu antigua pena,
la soledad que asumiste,
antes que algún mal agüero
tu voz profunda lastime.
Artesano del silencio
surcado de cicatrices,
crucificada garganta
de atormentados matices
a tu nombre sin olvido
le rezo esta copla Osiris.

Versos de Juan Carlos López

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