domingo, 10 de marzo de 2019

EL LOCO SUBLIME


¿Quién sería el loco sublime
que atropelló en “Don Gonzalo”
al Diez de Línea porteño
rayando con su caballo
los borde de la cordura,
los extremos del cansancio,
lo más alto de la audacia,
de la rabia… lo más ancho,
expresando con su gesto
el grito del suelo amado?

Se fue a puro golpe’e boca
a estrellarse contra el rayo
que lo bajara de un saque
de arriba de su montado,
o pa’ cáir hecho un ovillo
hombre y flete… fusilados.

Y era un lindo pingo moro
de’sos bien criollos y guapos
que mordía la pata’el freno
y largaba espumarajos…
como pa’ entrar en la historia
haciendo el mayor estrago
en contra’e los “nacionales”
o tupiendo al mismo diablo.

Y era un mozo… solo un mozo
de una pieza… uno de tantos
florecido entre los montes
vaya a saber de qué pago
que se le metió el impulso
de todos los entrerrianos
pa’ atacarlos él solito
al verse ya derrotado…
porque no siendo posible
torcer la suerte aguantando
se le estrujó el corazón
en latido sublevado…
hasta lanzarse de golpe
contra el escuadrón formado.

Atropelló y ya no pudo
ninguna razón frenarlo,
media rienda de impotencia
que lo fueron agrandando
hasta no sentirse solo
porque se la había enancado,
todo un mundo de conciencia
de convicción y de halago,
que’l reventar por la causa
estaba hecho pa’ los guapos.

Llevaba sobre su pecho
del paisano postergado
las “quichicientas” verdades
que le negaron al gaucho
pa’ repetirlo por siempre
como un sonoro guascazo
en los cachetes de piedra
de los que lo masacraron.

Don Ignacio Fotheringam
que lo estaba contemplando,
aunque al servicio del puerto
este militar prusiano…
no era un “coronel” de Mitre
ni de Sarmiento un esclavo,
respetaba el corajudo
proceder del buen soldado
por eso no permitió
que le dieran ni un balazo
al mozo que en su insolencia
descargó un pistoletazo,
se volvió a golpiar la boca
para marcharse rajando
de vuelta hacia donde vino
pa’ tomar de un solo trago
aquel torrente rojizo
del arroyo ensangrentado.

¿Quién sería ese paisanito
que atropelló en “Don Gonzalo”?
¿en qué rancho vio la luz,
en el rincón de qué pago
fue templau como el jaguar
para enfrentar al espanto
con la alta dignidad…
suicida… del arrojado…?

Ya no importa… si ha de estar
en las guitarras y el canto
más jordanista que nunca,
más argentino y cristiano
y aunque se perdió en el tiempo
ya sabemos que ha dejado
viajando por las arterías
del bien nacido entrerriano
una herencia incalculable
del más puro valor gaucho,
porque aquí no habrá invasor
que ensucie este suelo patrio
sin que otros del mismo corte
salgamos atropellando…
como aquel loco sublime
que atropelló en “Don Gonzalo”!!!

Versos de Aldo Muñoz

No hay comentarios:

Publicar un comentario