sábado, 9 de marzo de 2019

DÉCIMAS AL GAUCHO LEGENDARIO


Primera Parte
1
Con el alma enajenada
frente a la escena grandiosa
donde tu cuerpo reposa
bajo la tierra sagrada
de la pampa consagrada
por tu nombre sin memoria,
voy a hacer vibrar la historia
como un clarín soberano
y a estampar de propia mano
un canto para tu gloria.
2
Y uno tu décima llena
de trovadora bravura
bella cual la empuñadura
de tu daga sin condena,
sonora cual nazarena,
altiva, heroica y bizarra
que en los dolores desgarra
como una espina suprema
cuando se hace poema
el tañer de la guitarra.
3
Y voy a cantar tu gloria!
Vengan aires de la pampa,
tráiganmé tu viva estampa,
tu silueta perentoria,,
tu bravura sin euforia,
tu rebelión sin pecado
que tu camino signado
por los dioses del destino
como el de un héroe divino
está, pero está borrado.
4
Voy a abrir yo esa tu senda,
voy a exhumar tu esqueleto,
voy a aventar tu secreto,
voy a arrancarte la venda
para entregarte la ofrenda
del pueblo que te venera,
el que levanta a la espera
de la gran veneración
como un sacro gonfalón
el paño de tu bandera.
5
Como un arado rotundo
voy a arar en tierra dura,
voy a romper la armadura
con que cubren profundo
y sobre la faz del mundo
que te guarda en sepultura,
hecha estatua en piedra pura,
sublime, feroz, estoica,
como en la época heroica
voy a tallar tu figura.
6
Te voy a tallar de frente
sobre la inmensa planicie,
que el pampero te acaricie
barba y guedejas, vehemente
y haga ondear solemnemente
como simbólica enseña,
tu poncho, pobre estameña
que te sirvió de mortaja
cuando te llevó sin caja
el lomo de una cureña.
7
Te voy a tallar altivo,
plantado ante la canalla
en tu flete de batalla,
arqueado el pie en el estribo,
el gesto secreto y vivo,
en la diestra la tacuara,
erguida y recta la vara
donde está tu daga en cruz,
mientras te cruza una luz
de gloria sobre la cara.
8
Como algún guerrero antiguo
te erguirás en lontananza,
embanderada la lanza,
sobre el horizonte ambiguo
y si el campo fuera exiguo
para tu estatua inmortal,
bloque a bloque, colosal,
como el de todos los grandes,
de granito de los Andes
ha de ser tu pedestal.
9
Y has de ocupar tu lugar
sin que nadie lo discuta
con la única, absoluta
certeza de que has de estar
donde no podrá llegar
la saliva de los necios,
donde tus músculos recios
tallados en piedra fuerte
han de vencer a la muerte,
al olvido y al desprecio.
10
Mas antes, es necesario
encontrar a tu esqueleto,
quebrantar el tu secreto,
hacer visible tu osario
y al levantar tu sudario
frente del mar donde espera
tu ceniza verdadera
hacer decir a la historia
que se honrara tu memoria
jurando en tu calavera.

Segunda Parte
11
Decir tus décimas quiero
frente al sagrado paisaje:
con que te rindo homenaje
vuele ya el himno altanero,
alma desnuda, de acero
la tengo para estamparte
en los anales del arte,
vivo de gloria y de fama
mientras me fundo en la llama
de tu luz para cantarte!
12
Y te canto guerrillero
de la patria, entre los grandes,
desde tu llano a los Andes
donde tu daga fue acero
del mandoble granadero
que empuñaste como un Cid
cuando en medio de la lid,
como en trompa de fanfarria
vibro en tu noble guitarra
aquel “¡Mortales oíd!”.
13
Cuando arrancaste al sonoro
abedul de tu instrumento
aquel divino lamento
que fue tu mejor tesoro,
cuando la diana de oro
vibró en el campo triunfal
anunciando que el caudal
de sangre se detenía
y que al cielo florecía
el laurel continental!
14
Te canto en aquel momento
en que cubierto de heridas
al caballo de las bridas
llevaste y cara al viento,
a la espalda tu instrumento,
vuelto a la vaina el facón,
saludaste al pabellón
con el brazo sudoroso
y en silencio, misterioso
te volviste a tu rincón!
15
Y fuiste el desconocido,
desconocido en la guerra
cuando bajó de la sierra
con su hueste el elegido,
cuando se oyó tu gemido
bajo un cañón destrozado,
y fuiste el nunca nombrado
y sin embargo la historia
sabe muy bien que la gloria
también galopó a tu lado.
16
Pero se aclara la sombra
y la justicia te llega:
poeta con Santos Vega
desde que Mitre te nombra,
tu existencia nos asombra,
nos da un respeto profundo:
patriarcal con Don Segundo
y con un alma de hierro
te vemos en Martín Fierro
llevar a espaldas un mundo.
17
Ya eres la historia viva
cruzando sobre la pampa
erguida al cielo tu estampa
donde una llama cautiva
como lámpara votiva
que quema su esencia pura
va dejando en la llanura
como una estela de lumbre
para que así nos alumbre
tu legendaria figura.
18
Y así te vemos pasar
sobre la tierra infinita
mientras la sombra se agita
para quererte encerrar,
mas tu paso hace brillar
estrellas en el bañado
y tu poncho desgastado
pero cargado de historia
es el manto de la gloria
sobre tu espalda amainado!
19
Adiós héroe, adiós guerrero,
adiós divino fantasma,
el horizonte te plasma,
enigmático, altanero,
jinete en tu parejero,
como un caballero muerto
que con su cara cubierto,
severo y lleno de historia
va avanzando hacia la gloria
sobre el inmenso desierto!
20
Y al irte a la lejanía
la lejanía se aclara,
un resplandor en la cara
te vierte luz de armonía.
Amanece y se abre el día
en que tu estatua inmortal
se alce en su pedestal
entre figuras bizarras
y preludie en las guitarras
una cantata triunfal!

Versos de Federico Fernández Larrain

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