sábado, 2 de marzo de 2019

TROVA


(fragmento del extenso poema “Lázaro”)

“El hondo pesar que siento
y ya el alma me desgarra,
solloza en esta guitarra
y está llorando en mi acento:
como es mi propio tormento
fuente de mi inspiración,
cada pie de la canción
lleva del alma un pedazo
y en cada nota que enlazo
se me arranca el corazón.

Te vi y aunque no sentiste,
en mi soledad te amé
con esa profunda fe
que hay solo en un alma triste:
tu en un palacio naciste,
yo en un  desierto nací
y aunque en el alma sentí
fuerzas para alzarme al cielo,
el hombre cortó mi vuelo
y hasta el infierno caí.

La estrella de mi destino
-no importa- un rayo lanzaba
que a disipar alcanzaba
las brumas de mi camino:
ya ese rayo mortecino
para siempre se apagó
y solo a alumbrar sirvió
esta eterna noche impía
cuando en tu alma, la mía
también el despreció halló.

Como fiera perseguida
piso una senda de abrojos,
sin sueño para mis ojos
ni venda para mi herida,
sin descanso ni guarida
ni esperanza ni piedad,
y en fúnebre soledad
a mi dolor amarrado
voy a la muerte arrastrado
por mi propia tempestad.

El cielo me ha maldecido,
el mundo me ha despreciado,
¡dónde, sin verme acosado,
sentaré el pie dolorido…!
No hay recuerdo, no hay olvido
para engañar mi aflicción,
solo hay desesperación
para mi en el mundo ajeno…
yo mismo huyo, de horror lleno,
de mi propio corazón!”
                                           (ca. 1869)

Versos de Ricardo Gutiérrez

No hay comentarios:

Publicar un comentario