Se
ciñó la roja vincha,
se
calzó las nazarenas,
se
ajustó la seda negra
de
su viejo chiripá
y
cantando entre sus labios
la
calandria montielera
se
lanzó a domar un potro
y
a domar la inmensidad.
En
su frente de centauro
ha
quebrado la mañana
los
espejos y la gloria
de
este sol primaveral,
y
el cachorro fuerte y noble
de
Guarumbá y de Velázquez
ha
domado las cuchillas
sobre
el lomo de un bagual…
Versos
de Juan
de Mata Ibañez
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