martes, 12 de febrero de 2019

DEL OTRO LAO DE LA VÍA


“-Ayer te he visto rumbeando
pa’l otro lao de la vía.
Ya sabés que yo no quiero
que andés con esa gavilla.
¿Qué amigo podés contar
que viva en la ranchería?
Vos sos un hijo de López
y a mi mucho se me envidia.
¿Qué ganás con esa gente
del otro lao de la vía?”

La madre salió en su ayuda:
”-Lo mandé por la Florinda
para que venga a lavar
porque ando con fatiga.”
El hijo le agradeció
la bondá a esa mentira
y despacio dijo al padre:
“-Es inútil que me riñas,
allí tengo mis amigos
y una novia que es divina”.

Don López había emplumao.
Cuatro camiones tenía
y una yunta’e parejeros
que no conoció gramilla.
Un domingo en otro pueblo
ganó su oscuro, “El Hormiga”.
Se entretuvieron un rato
festejando en la cantina
y cuando subió a su auto
la pampa estaba dormida.

Le gustaba correr fuerte
y el coche le respondía.
La noche ocultó el martillo
de la estancia “La Atrevida”.
Don López sintió el volante
anidarse en sus costillas.
El recibió la peor parte,
pero la suerte es amiga.
Lo levantó un camionero
sino, pa’ siempre se iba.

Quince días lo cuidaron
y le salvaron la vida.
Benditos sean los doctores
con esa misión tan linda.
Ya quiere andar a los gritos
pero su mujer lo mima
y le dice: “-Mirá Viejo,
ahora que todo es sonrisas
tengo que decirte algo
así mi frente se alivia.

No quiero sentirte más
despreciar las cosas lindas
y menos negarle al hijo
que él busque su compañía.
Porque si hoy tenés la suerte
de ver el sol que te abriga,
hubo que buscar cien venas
y áhi la plata no camina;
y toda esa sangre vino
del otro lao de la vía”.

Clava su vista en el suelo
y todo su orgullo emigra.
Él que quería olvidar
que de ese lado venía
lo llama al hijo y le dice:
“-Traeme a tu prometida,
y por favor cuando llegues
a esa criollaza guarida
¡mil saludos a esa gente
del otro lao de la vía!

Versos de Edilio Machado

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