viernes, 30 de marzo de 2018

LA ORACIÓN


Llega la gaucha Oración
que, cual antigua divisa,
ciñe la cinta rojiza
del poniente, en su crespón.
Y al ir cerrando el telón
por su grandeza rendida
queda la pampa dormida,
mientras que el cielo se enluta,
y en esa calma absoluta
también es sueño la vida.

Desde distante potrero
quiebra el silencio un balido,
un canto, como perdido,
sigue el rumbo carretero.
Brilla distante un lucero
como una lágrima pura,
vuelca el zorzal la dulzura
de su nostalgia infinita,
y una triste vidalita
llora a flor de la llanura.

Suave la brisa parece
cálido y hondo suspiro,
de quien, en triste retiro,
penas de ausencia padece.
El trebolar extremece
su florida cabellera,
y esa fragancia campera
tan propia del suelo mío;
se alza, embriagando el vacío
mientras reza una tapera.

Luego en distante fogón,
se hace el candil una estrella,
y más distante en la huella
se oye apenas la canción.
Muere la gaucha Oración,
cierra la noche su abrazo,
y en su materno regazo
con la señal de la cruz;
recoge el beso de luz
que aún quedaba en el ocaso.

Versos de Pedro Boloqui

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