Soy un soplo del
pampero
que corre cruzando el
llano,
soy un alma de paisano
y un cantar de
jilguero,
soy verso que en los
senderos
hermosos de mi nación
le da pujanza a un
facón
que sediento se
levanta
y que en cada paso
planta
su glorioso pabellón.
Soy un chingolo
perdido
de la pampa, en la
extensión,
y hallar quiere un
corazón
para quedarse dormido,
soy un estilo sentido
vibrando bajo un alero,
al cual lo sigue un “te
quiero”
de unos labios
temblorosos
que se entregan
primorosos
a su dueño verdadero.
Yo soy el sauce llorón
mirándose en un
arroyo,
y soy del humilde
criollo
su querido diapasón,
donde arranca una canción
que a su pampa le
dedica,
y soy esa patria chica
que sobre todo se
quiere
y tanto en la ausencia
hiere
con algo que no se
explica.
Soy el lindo ceibo en
flor
símbolo de alma
sencilla,
el verdor de la
gramilla
que le aviva su color,
soy del río el rumor
en la noche silenciosa
donde la luna
orgullosa
va a contemplar su
hermosura
al parpadear su
blancura
en las aguas
bulliciosas.
Soy el gaucho
habilidoso
dentrándolé a un
ñandú,
so soy el coposo ombú
pobre, sencillo y
hermoso;
soy el rancho valeroso
que resiste el
ventarrón,
soy de ginebra el
porrón
y la criolla pulpería,
soy un alma en agonía
que se llama
tradición.
Soy una esbelta figura
que mi patria voy
cruzando
de punta a punta,
cantando
su tristeza y
desventura,
no me vence la
amargura
ni nunca me volteará,
mi figura existirá
en todo criollo
paraje.
¡Yo soy del gaucho la
imagen
que nunca se borrará!
(anterior a 1950)
Versos de Roberto Coppari
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