martes, 11 de diciembre de 2018

A PRIMERA SANGRE

Decía en las jineteadas:
"Voy al hombre!!, voy al hombre!!”,
y adquirió justo renombre
en rueda de paisanadas.
Quedan las frases grabadas
de aquel paisano genuino
ya que fue Don Secundino 
Cabezas, la criolla ciencia,
diplomada de experiencia 
en la escuela del camino.

De un modo sencillo y sano
si me ayuda la memoria
quisiera narrar la historia
que él me contó mano a mano:
"Fue en Mataderos, hermano
- me decía con fervor-
ahí probamos el valor
y trenzamos sin recelo
a primera sangre, un duelo
con Dalmiro, el escritor.

El hombre quería probar
sus corajes, sus temores
entre trágicos fulgores
de los filos al chocar.
Quería una historia narrar
después de vivirla él mismo
encarando el periodismo
de una manera distinta,
mezclando sangre con tinta
para darle más realismo.

Y aunque el duelo es la fiereza
que tantas tragedias labra
entre el filo y la palabra
puede tallar la nobleza.
Cuando por suerte o destreza
-decía el criollo-, lo corté
y en la frente lo marqué
hice pie, dí un paso atrás
y por las dudas, nomás
en guardia firme quedé.

Decía el criollo: "esa ocasión
quedé un instante parado
ya que de un hombre cortado
nadie sabe la reacción.
Le dije ¡párese Don!
Don Dalmiro, párese!
Con respeto lo traté
ya que un paisano sencillo
ni peleándose a cuchillo
trata al contrario de ché.

Dalmiro Sáenz ese día
se ganó todo mi afecto,
guardó el facón con respeto
y estrechó la mano mía."
De tal forma repetía
Secundino. Y al final
rescato el proceder leal
de dos hombres que pelearon
y a cuchillo cimentaron
una amistad fraternal.

Versos de José Silvio Curbelo

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