domingo, 9 de marzo de 2014

LOS BESOS DE UNA MUJER

Al que le tocó rodar
por esas sendas tortuosas
en el alma guarda cosas
difíciles de olvidar.
Yo que salí a caminar
siendo solo un principiante,
con un mundo por delante
adonde abundan las penas
pero encontré algunas buenas
y es justo que a ellas les cante.

Una vez, que llegué a un pago
cansado, triste y afónico
como si buscara un tónico
para curar tanto estrago.
La suerte me dio un halago
que alivió mi padecer.
Cual rocío de amanecer
que a la planta le da vida,
supieron curar mi herida
los besos de una mujer.

Desde entonces mi vihuela
tiene una nota armoniosa
por la madre, por la esposa,
por la novia, por la abuela.
Y contemplando la estela
de mis recuerdos de ayer
hoy vuelven a florecer
trovas que del alma salen,
para decir cuanto valen
los besos de una mujer.
  
Versos de Roberto Ayrala

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