miércoles, 17 de febrero de 2021

DE PAMPA Y CIELO

(sin título)

 Se han encendido en lo alto

cien mil cencerros de plata

y de pronto, les responde

el esquilón de mi alma.

 

Es el sur: me está llamando

y la huella me señala

aquel lucero, prendido

en la noche “malacara”.

 

El que mira la llanura,

tiene luenga la mirada

y afina su corazón

donde la vista no alcanza.

 

La tierra al hombre le brinda

largo a largo, su esperanza

como una virgen, abierta

a la reja y la moharra.

 

El viento pampa, el oscuro

besador de verdes ramas,

agita las casuarinas

con aliento de fábula.

 

Decidor de antiguas coplas,

silba y suena en la enramada.

(Le está sobrando vihuela;

madera, nido y calandria).

 

El sur se hizo legua a legua,

con sufridas caballadas,

en un siglo de tropillas

azulejas y gateadas.

 

En pajonales y esteros

crecen altivas tacuaras

que el viento surero, empina

hacia un destino de lanzas.

 

Desde postas y fortines,

altos mangrullos sin guardia

están oteando el pasado:

malón y cautiva blanca.

 

El mar bicolor, inunda

la inmensidad de sus playas

y va sembrando banderas

de agua azul y espuma clara.

 

Y sin luna y sin estrellas,

puebla las noches cerradas

una larga sombra augusta

que dio al pago nombre y fama.

 

“Mi tirador, mis espuelas

y este puñado de cartas.

Pañuelo: para el que llore

por la sangre derramada”.

 

“Nadie me vende los ojos;

me está mirando la Patria”.

y cayó de cara al cielo

su bandera y su mortaja.

…………………………

Alguien arrojó al fogón,

ceniza sobre las brasas.

Cuando sople el viento sur,

el rescoldo se hará llama.

 

Versos de Enrique Vidal Molina

No hay comentarios:

Publicar un comentario