Cifro
todos mis amores
en
el campo bendecido
donde
mi rancho querido
se
alza entre ramas y flores;
donde
hay pájaros cantores,
trebolares
y gramilla,
donde
la vida es sencilla,
y
donde el paisano luce
la
enseña que me seduce
un gacho y una golilla.
Cada
aurora aquí despierta
entre
sonrosados velos,
cual
si dejara en los cielos
una
cortina entreabierta.
La
luz da a todo su ‘alerta’,
canta
alegre la avecilla,
y
cuando el sol aún no brilla,
deja
su lecho el paisano,
el
del campo soberano,
el que usa gacho y golilla.
Todo
sonríe a la vida,
todo
de luz se colora,
hasta
el rancho de totora,
esa
vivienda escondida
a
la sombra protejida
entre
ramas y flechilla:
esa
vivienda sencilla
del
paisano generoso
que
se contempla orgulloso
con su gacho y su golilla.
De
esta vida silenciosa,
yo
adoro la dulce calma,
y
siento ensancharse el alma
bajo
una impresión grandiosa;
mi
alma de sosiego ansiosa
ama
esta calma sencilla,
trebolares
y gramilla
y
claveles de la sierra:
¡Todo
lo que es de mi tierra
como el gacho y la golilla!
(Ca. 1919/1920)
Guardia Vieja, Maldonado, ROU
Versos de Ludbiana Maurente
No hay comentarios:
Publicar un comentario