viernes, 27 de junio de 2014

MILONGA DE LOS BOLSEROS

Las cuatro justitas son
y ya llegó el capataz
con un farol “Petromax”
y va rumbo pa’l galpón.
Ya es un pueblo la estanción,
se ha iluminao la balanza,
camiones que sin tardanza
movilizan pa’l pesaje,
y se lo ve al paisanaje
recibir una ordenanza.

Cruje un portón que al abrirse
ha iluminao una franja
con un celaje naranja
que hasta el camión quiere dirse.
Al chasi’ ya veo subirse
a un “pistín” alcanzador,
otros cumplen su labor
de acomodar la planchada
y empieza la descargada
con un trote flor y flor.

Van por la fila novena
y traen un “burro” al “pilote”
y un estibador grandote
que prosigan les ordena.
Ya es pesada la faena,
cada escalón pesa más,
y ya no van al compás
del trote que antes traían,
pero todos le porfían
sin echar un paso atrás.

Ya se apagaron las luces
porque el sol está asomando.
Un churrasco ya está humeando
y el capataz se hace cruces,
les dice que no se abuse
del tinto, que hay que seguir,
un bolsero echó a reír
y entre risas esto opina:
“mientras esté en la Argentina
ninguno le va a prohibir”.

Pero vuelven al galpón
pa’ proseguir la descarga,
la mañana se ha hecho larga
allá en la “vieja estación”.
Se alejan en procesión
entre risas y alegrías,
y toda esa algarabía
se volvió silencio entero,
pero le falta al bolsero
medio jornal todavía.


Versos de Tito Ramos

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