Chiripá, hermano mayor
del fogón y la
vihuela,
del palenque y las
espuelas,
del jinete y domador,
pingo, coscoja y
fiador,
candil, carreta y
jagüel,
aunque bordao, sos
aquel
que cayó en tierra
extranjera
convertido en una
hoguera
junto a Carlitos
Gardel.
Fuiste sin lugar a
yerro
y lo sos entre
nosotros
hermano’e la bota’e
potro
y las espuelas de
fierro;
yo no creo en tu
destierro,
no hay presente sin
pasao,
sos un mangrullo a mi
lao,
yo soy centinela
altivo,
mil veces muerto que
vivo
sin mi chiripá bordao.
De chiripá de merino
ribeteao de
terciopelo,
mil veces canté en mi
suelo
y en otros lares
latinos;
si opina, como yo
opino…
su opinión no tiene
yerro,
y si al chiripá me
aferro
porque Moreira lo usó,
mi orgullo es usarlo
yo
lo mesmo que Cruz y
Fierro.
Llevando vincha en mi
pelo
lo he paseao por
tuitas partes,
chiripá, sos un
baluarte
de nuestros
tatarabuelos;
solo me queda en
consuelo
cuando viaje al más
allá
y no se escuchen jamás
ya de este zorzal, sus
trino’,
digan: se fue un
argentino
llevando su chiripá.
Versos de Julio
Secundino Cabezas
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