viernes, 20 de diciembre de 2019

EL GAUCHO EN SU ORIGEN

Tuvo el gaucho por querencia
su patria chica agrandada,
en la pampa dilatada
donde inició la existencia.
Le dieron fuerza y presencia
hábitos de tiempos idos,
de caminos recorridos,
de potros, domas, cuadreras,
de siembras y sementeras,
de relinchos y mugidos.

Su influencia campesina
surgió bajo el cielo azul,
en el Río Grande do Sul,
Uruguay y la Argentina.
Cumplidor en la rutina
hizo frente a cada embate.
Su espíritu fue acicate
que cultivó la amistad,
ofrecida con lealtad
en la devoción del mate.

Comarca, pago y esencia,
que recuerda lo vivido
con el grato contenido
desde remota inocencia.
Añoranzas en la ausencia
afectos, clima, paisaje,
y memorias del paraje
que fue la nativa cuna,
con resplandores de luna
y del alba en su mensaje.

Gaucho tenaz, centinela
en el rol de su universo,
hoy se enreda en cada verso
de la décima espinela.
En rasgueos de vihuela
hay un eco de bordones,
y un cúmulo de emociones
canta a su clase social,
que es cumbrera y es puntal
de valiosas expresiones.

Su pingo fue complemento
en las tareas rurales,
y cumplió duros jornales
sin mengua ni desaliento.
Fue la base, fue el cimiento
para el progreso emergente,
alerta en el chasque urgente
y en el girar de la noria;
¡Gaucho que escribió la historia
de la patria independiente!

Juan Carlos Pirali

GUITARRA GAUCHA


Guitarra gaucha, el cordaje
vibro en primas y bordones,
con los melodiosos sones
que expresaron su lenguaje.
Jubilo, penas, paisaje,
Su boca evocó en el llano,
Y en torrente meridiano
en un arreo de notas
cantó las glorias patriotas
de San Martín y Belgrano.

Fue pregón de libertades
para las bélicas cargas,
y endulzó horas amargas
en rudas adversidades.
Afloraron las verdades
en los rasgueos cerriles,
de justas de payadoriles,
y en las márgenes del Plata,
cubrió con música grata
las regiones pastoriles.

Bandera de rebeldías
en manos de Martín Fierro,
vihuela, viola, cencerro
que amadrinó “aparcerías”.
Se hermanó en las pulperías
con el rústico trovero,
también lució su madero
en aristócratas salas,
donde se vistió con galas
de la boca al clavijero.

Emuló en los festivales
a Yupanqui y a Segovia,
y fue romántica novia
que vivió amores plurales.
Sus acordes musicales
se recrearon sin tapujos,
y por íntimos influjos
de las costumbres camperas,
en noche serenateras
se embriagó con sus embrujos.

Milongas y vidalitas
galoparon por su roble,
y en ajustado redoble
cantó alegrías y cuitas.
Viejas páginas escritas
palpitaron en su acento;
por su campero argumento
la cubrieron los laureles,
y hoy le deben los cinceles
la gloria de un monumento.

Juan Carlos Pirali

ALAMBRADO


Tierra Virgen, pampa abierta,
henchida de libertades,
con viejas reminiscencias
de malones y barbarie;
llega el grito de Sarmiento:
“¡No sean bárbaros, alambren!”

Esencia de evolución
en ganados y cereales,
vital factor de progreso
con robustez de gigante,
el poder del alambrado
impulsó una patria grande.

Bravías bestias cedieron
a su incontenible avance,
y el agrao creció en cosechas
del Atlántico a los Andes;
cercas que cantan su triunfo
en llanos, lomas y valles.

Atrás quedaron las zanjas
y el espinudo follaje,
tensos hilos dividieron
las inmensas propiedades,
y treparon a la sierra
hechos pirca en pedregales.

Taladro, pala, pisón,
torniquete, pico, alambre,
tenazas y california
un acervo inseparable,
que tomó el alambrador
para su obra de arte.

Diapasón para el rasguido
del pampero sibilante,
que en su musical corrida
ensayó tonos y claves,
para esparcirlos después
por la tierra y por el aire.

Suspiros de vastas líneas
en tranqueras que se abren,
y entre postes y varillas
se asoman garras punzantes,
que con lisos intercalan
renglones horizontales.

Cerco que arrancó a la selva
quebrachos y ñandubaes,
para vencer extensiones
entre riquezas rurales.
¡El sueño de Richard Newton
hoy alambra realidades!...

Versos de Juan Carlos Pirali