miércoles, 26 de febrero de 2014

SOY LA TRADICIÓN

Me presento a la reunión
y sin mezquinar halagos,
vengo de todos los pagos
y habito en cada fogón.
Yo vengo a ser el horcón
donde se apoya una raza;
soy el resero que pasa
lidiando con el vacaje
y me anido en el cordaje
de una guitarra criollaza.

Yo vengo a ser la herencia
que bravos gauchos dejaron,
los que con lanzas ganaron
nuestra noble independencia.
Siembro en el aula docencia
cuando un maestro me evoca,
soy potro que se desboca
y sale en loca carrera;
soy la bandera señera
que el viento bendice y toca.

Soy el bordao de una china;
soy el bocao de pabilo,
la dulzura de un estilo
y la milonga genuina.
Soy el canto que ilumina
los campos donde me aferro;
soy el sonar de un cencerro
que desde lejos nos llega,
soy alma de Santos Vega
y sentir de Martín Fierro.

Y me despido señores,
la Patria me está llamando,
con ella iré cultivando
en cada pecho mis flores.
Cuando olviden mis honores
los que ofenden mi nación,
salvarán mi condición
los que defienden mi paso;
soy de todos un pedazo
soy la gaucha tradición.

Versos de Juan Ángel Lupac

viernes, 21 de febrero de 2014

CUADRITO CAMPERO

La majestuosa oración
melancólica se va
y la noche tiende ya
su antiquísimo mantón.
Al oeste un nubarrón
se eleva desenfrenado
y en avance acelerado
quiere la pampa copar,
con ansias de encapotar
el cielo casi estrellado.

Pero hacia el este, serena
y apacible se levanta,
a medida que agiganta
su esfera, la luna llena.
La noche se torna buena,
canta el grillo su canción,
retrocede el nubarrón
por el viento traicionado,
cual batallón derrotado
en lo mejor de la acción.

Rumorea la laguna
con sus anfibios cantores
y las acuáticas flores
se abren para ver la luna.
Sobre el tallo de una tuna
se observa constantemente
una luz fosforescente
que intrigante se desliza
y al gauchaje atemoriza
cual ánima penitente.

En un pampeano ranchito
situado junto al boscaje,
mientras baile el paisanaje
velan a un criollo angelito.
La luna, su cuerpecito
parece que contemplara
y como si lamentara
la muerte del inocente,
le acaricia levemente
con sus reflejos, la cara.


Versos de Mario Arnaldo Vitarella

viernes, 14 de febrero de 2014

EL LAZO

Trenza de ocho, tradición
que va entrando en la leyenda
con el tirador, la prienda,
el chiripá y el facón.
El anca del redomón
ya no siente tu caricia
ni la china ¡esa delicia!
se acomoda sobre el rollo
con su carne de pimpollo
y sus ojos de malicia.

Con el triunfo de tu bando
estás ligao a la historia
que ande hubo que ganar gloria
allí estabas culebriando.
Con Güemes estas cuando
se le cuadró al poder real
y el emblema nacional
impuso a los chapetones
tomándoles los cañones
volcando, por lujo, un pial.

Zumbando en los entreveros
fuiste temor de la indiada
en esa época pasada
de malones traicioneros,
y en los combates camperos
si alguna vez te ha’purao
el salvaje retobao
que se vino sobre el lazo,
resonó tu cimbronazo
como cordaje templao.

Ya, ni es criollo el malacara,
ni te floriás en la yerra,
ya te vas, lazo ‘e mi tierra,
ya te han dao güelta la cara,
y entre horquetas de tacuara
nuevito y bien jabonao
vas a morir estaquiao
junto al galpón de ladrillos
secando los calzoncillos
de algún nación acriollao.

Versos de Ramón Solveyra Casares

MI AMOR

(Por el día de los enamorados... puede que a algún paisano le sirva)

¿Sabe China, que la adoro…?
¿Qué no l’he dicho… me dice…?
Prienda… no me martirice
¡si usté’s mi único tesoro!
L’he bordao con hilos de oro
en el ribete de un verso:
“mucho la quiero”, y el terso
mirar de sus mácuos ojos
me acaricia con sonrojos
mientras bajito convierso.
                                   (14/02/2014)
 Carlos Raúl Risso