Los
grillos de la alborada
rompen
los vidrios del llanto,
se
está muriendo de viejo
el
chasqui Venancio Caro.
Ciento
trece años cabales
galopan
caminos largos,
y
en el final, a esta posta,
sin
caballo va llegando.
Allá
por el año doce
llevó
el correo de Santiago,
dicen
trompetas de fama
con
oficios de Belgrano.
La
medallita que guarda
la
vela y el relicario,
las
monjitas de Belén
le
dieron para resguardo.
Con
nubes anaranjadas
riñen
a muerte sus gallos
el
chasqui gaucho agoniza,
silencio
de cielo y campo.
Florecen
brasas de ensueño
de
mil fogones y cantos,
lo
está llorando el recuerdo
de
andar, de andar galopando.
En
la Estancia del Rosario
sobre
el camino del Bracho
descansa
ya para siempre
el
chasqui Venancio Caro.
Versos
de Cristóforo
Juárez