miércoles, 21 de septiembre de 2022

ORGULLO DEL PAGO

Cómo me gusta el galope

tendido de mi caballo

cuando va pidiendo rienda

en el camino estirado.

Escarcea con su ritmo

bajo un repique de cascos

y a veces le sobra tiempo

para mirar el combado

azul cielo de la pampa

que lejos parece un pájaro.

 

Y si trabajo en rodeo

los terneros enlazando,

los saca sin mucho apuro

por si quisieran pialarlo.

Después, en la sobre tarde,

cuando termino el trabajo

en el tiro de cien metros

corta a luz al adversario

y queda fresco y entero

el bueno de mi caballo.

 

Cuando paso los domingos

por la puerta de su rancho

luce todo el esplendor

como florcita del llano.

Entonces, al trotecito,

con braceo recortado,

acompaña mi saludo

gentileza de paisano.

Por eso quiero a mi flete,

un orgullo de mi pago!

 

Mas, luego, llega la noche

y empiezo a desensillarlo

al sonar de su coscoja,

criolla música del campo.

Y al sentir sobre su lomo

la palmada de mi mano

me despide con relinchos

mi noble y viejo caballo.

En sus ojos una lágrima

sigue mojando mis pasos.

Por eso quiero a mi flete,

un orgullo de mi pago!

 

Versos de ALFREDO AMANCIO VARELA

                              (1922 // 1997)