No se quién le ha dicho, don,
que
porque visto de traje
no
soy honra pa’l gauchaje
que
canta a la tradición.
Yo
llevo en el corazón
el
verdor de los potreros,
me
he criao entre los puebleros
pero
el campo fue mi cuna,
y
tuve candil de luna
pa’
alumbrarme en los esteros.
Yo
soy un predicador
de
la belleza campera.
No
me mire por ajuera
que
no va a ver mi interior;
piense
que no soy cantor
sino
una voz campesina,
así
tal vez adivina
con
solo mirar mi estampa
que
soy un arroyo pampa,
formao
con sangre argentina.
Por
eso quisiera creer
que
lo que dice es sincero;
me
convence el parejero
cuando
lo veo correr.
Me
afirmo en mi parecer
y
no se borra su tinta,
pero
si estoy en la cinta
largaré
cualquier carrera,
emponchao
en mi bandera
sin
que me importe la pinta.
Canto
a la naturaleza
y
como criollo sencillo,
al
sol le alabo su brillo
y
al arrebol su belleza.
No
ha de cambiar mi cabeza
cualquiera
que se proponga,
pero
cuando Dios disponga
que
se desprenda mi estrella,
me
iré silbando una huella
o
cantando una milonga.
Versos
de Artemio
“Camambú” Rodríguez