lunes, 10 de octubre de 2022

GIRONES DE PAMPA

 Eres tú la pasionaria

que la pureza atesora;

la de bellezas de aura

y sencillez de plegaria.

La que vives solitaria

con tus anhelos ardientes,

acaso porque presientes

tus dulces dichas soñadas,

en las agrestes lomadas

donde arrullan los torrentes.

 

Yo soy la noche callada

donde tu nostalgia flota,

la tosca y vibrante nota

de la brisa en la enramada.

La esplendente llamarada

del argentino fogón,

do se ceba el cimarrón

bebido con ansia loca,

que de mi boca a tu boca

lleva la sed de pasión.

 

Eres la prenda cantada

por heroica tradición,

que la civilización

desestima despiadada.

La de profunda mirada

que con ardides traviesos

finges benditos excesos

a los gallardos donceles,

que te cubren de laureles

y se disputan tus besos.

 

Soy la inmortal elegía

en que se han perpetuado

Ascasubi y Obligado,

Regules y De María;

y la pujanza bravía

de las furias del pampero,

que entre el sauzal y el estero

se desliza, gemebundo,

como si dijera al mundo

que por tu amor yo me muero.

        (décimas anteriores a 1885)

 

Versos de Benigno Baldomero Lugones

                              (1857 – 1884)

miércoles, 21 de septiembre de 2022

ORGULLO DEL PAGO

Cómo me gusta el galope

tendido de mi caballo

cuando va pidiendo rienda

en el camino estirado.

Escarcea con su ritmo

bajo un repique de cascos

y a veces le sobra tiempo

para mirar el combado

azul cielo de la pampa

que lejos parece un pájaro.

 

Y si trabajo en rodeo

los terneros enlazando,

los saca sin mucho apuro

por si quisieran pialarlo.

Después, en la sobre tarde,

cuando termino el trabajo

en el tiro de cien metros

corta a luz al adversario

y queda fresco y entero

el bueno de mi caballo.

 

Cuando paso los domingos

por la puerta de su rancho

luce todo el esplendor

como florcita del llano.

Entonces, al trotecito,

con braceo recortado,

acompaña mi saludo

gentileza de paisano.

Por eso quiero a mi flete,

un orgullo de mi pago!

 

Mas, luego, llega la noche

y empiezo a desensillarlo

al sonar de su coscoja,

criolla música del campo.

Y al sentir sobre su lomo

la palmada de mi mano

me despide con relinchos

mi noble y viejo caballo.

En sus ojos una lágrima

sigue mojando mis pasos.

Por eso quiero a mi flete,

un orgullo de mi pago!

 

Versos de ALFREDO AMANCIO VARELA

                              (1922 // 1997)

sábado, 6 de agosto de 2022

VERSOS CAMPEROS

Versos camperos,

versos humildes

como las quejas

de un corazón;

flores traídas

por los suspiros

de las montañas

mis cantos son.

 

Ellos no tienen

ningún encanto,

ningún sabor;

porque son hijos,

hijos silentes

del llano inmenso

de mi dolor.

 

Mustios capullos

de puya-puyas,

ramos silvestres

de un amancay;

versos camperos

como los míos

llenos de penas.

¿Dónde los hay?

 

Solo en el llano…

Solo en el llano

donde lo entonan

de vez en cuando

bajo un churcal,

los pocochitos

de los tolares,

los leuque-leuques

del totoral.

 

Solo en el llano…

Solo en el llano

junto a los claros

hilitos de agua

de un manantial;

donde se bañan

por el otoño,

las pajas secas

del chiyagual.

 

Versos camperos,

versos humildes

que hoy te los brinda

mi corazón;

no los estrujes

contra tus sedas,

déjalos solos

en un rincón.

 

Versos de Domingo Zerpa

                  -poeta jujeño-

viernes, 5 de agosto de 2022

EL ALGARROBO

Cuando en las copas sedientas

enero asienta sus llamas,

cuando abraza en remolinos

los verdes y las aguadas,

el algarrobo altanero

como un fortín se levanta

y clavándose en la tierra

sabrosos jugos arranca

para darlos al sediento

en su fruta almibarada.

 

Anda enero por los campos

y entre las hojas, cigarras,

que a todos los campesinos

la buena nueva proclaman:

“¡Ya maduró la algarroba,

ya se engrosaron sus vainas!”

Y todo el monte se endulza

y es su corazón un alas

que tiembla de gozo y risa

en el canto de cigarras.

 

Los caminillos se adornan

de bullicio y de pisadas;

los niños se van cantando

-es su pan la dulce vaina-,

los hombres, como en cuadrillas,

van avivando jaranas

y entre las viejas, las niñas,

portando el mate y el agua

completan la romería

con su donaire y su gracia.

 

Por las copas anda enero

y anda un clamor de cigarras,

y ágiles niños que trepan

por gruesos troncos y ramas,

y abajo, viejas y mozas,

como juntando esperanzas.

-“¡Dios bendiga nuestro pan!”

Dicen dándole las gracias,

y los hombres: “¡Por la aloja

que llenará las tinajas!”

 

Anda enero por las copas

y el temblar de las cigarras

olor a vainas maduras

por los patios desparrama.

El santo día el mortero

se embadurna con la añapa.

Las viejas mecen y mecen

fragante arrope en las pailas

y rica aloja fermentan

los hombres en las tinajas.

 

Un trago de vez en vez

su larga sed le apaga

y al refrescarles la boca

les atiza la algazara.

Van y vienen cernidores,

bajo el cielo, las cigarras,

en la escudilla las manos

prensan la harina tostada

y al patay sacan del fuego

como un panal de fragancia.

 

Con llama infernal enero

abate brotes y aguadas

pero todo hay en los ranchos

si el algarrobo dio vainas;

vino y refresco, la aloja,

como su pan es la añapa,

para el quesillo, el arrope,

y les dará lo que falta

el patay que bien tostaron

las laboriosas jornadas.

 

Hay risa en los caminillos

y en los ojos esperanzas

si en el reinado de enero

clamorean las cigarras

y los viejos algarrobos

se desmoronan de vainas.

-Habrá pan -dicen las viejas-;

Los hombres: -¡Aloja grata!

y los niños saboreando:

-¡Lechecita con añapa!

 

Versos de Polo Godoy Rojo

jueves, 28 de julio de 2022

DESDE ADENTRO

 No se quién le ha dicho,  don,

que porque visto de traje

no soy honra pa’l gauchaje

que canta a la tradición.

Yo llevo en el corazón

el verdor de los potreros,

me he criao entre los puebleros

pero el campo fue mi cuna,

y tuve candil de luna

pa’ alumbrarme en los esteros.

 

Yo soy un predicador

de la belleza campera.

No me mire por ajuera

que no va a ver mi interior;

piense que no soy cantor

sino una voz campesina,

así tal vez adivina

con solo mirar mi estampa

que soy un arroyo pampa,

formao con sangre argentina.

 

Por eso quisiera creer

que lo que dice es sincero;

me convence el parejero

cuando lo veo correr.

Me afirmo en mi parecer

y no se borra su tinta,

pero si estoy en la cinta

largaré cualquier carrera,

emponchao en mi bandera

sin que me importe la pinta.

 

Canto a la naturaleza

y como criollo sencillo,

al sol le alabo su brillo

y al arrebol su belleza.

No ha de cambiar mi cabeza

cualquiera que se proponga,

pero cuando Dios disponga

que se desprenda mi estrella,

me iré silbando una huella

o cantando una milonga.

 

Versos de Artemio “Camambú” Rodríguez

miércoles, 27 de julio de 2022

AL GAUCHO SOL

Don Sol abrió la tranquera

de su rincón solariego

montó en su pingo de fuego

y enderezó campo afuera.

Sembró por azul pradera

semillas de amanecer,

vio el feliz reverdecer

de los blandos pastizales

y un retozar de baguales

festejó su aparecer.

 

La Luna empalidecía

mientras la guardia entregaba

y todo el campo cantaba

el nacimiento del día.

la brisa suave movía

las aletas del molino

que con ese andar cansino

arrancaba desparejo,

rezongando de ser viejo

y no saber ningún trino.

 

Cuando marchaba brillante

por el medio de la pampa,

se fue boyando su estampa

por el arroyo ondulante.

Al contemplarlo radiante

se alegraron los juncales,

y rodeao de pastizales

quería zambullirse el sauce

pa’ retenerlo en el cauce

con sus brazos fraternales.

 

Llegó al tranco al horizonte

como siempre, el gaucho Sol,

y su fogón de arrebol

volvió a arder atrás del monte.

La noche empezó su apronte,

el cielo se enrojeció,

él en las sombras se echó

y su imponente figura

se topó con la llanura

y en silencio se durmió.

 

Versos de Artemio “Camambú” Rodríguez

lunes, 16 de mayo de 2022

BARRO Y LUZ

 Mientras en las guitarras llore un estilo

y aleteen pañuelos en las tranqueras

y un cardo, centinela de punta y filo,

abra su flor sagrada sobre las eras…

Mientras las agüerías de rancho en rancho

sacudan los pulgares de los abuelos

y en las tardes azules quede un carancho

aviador campesino, planeando vuelos.

Mientras en las picadas de las ofensas

Barragán y Corrales laven su ultraje

y hable Javier de Viana de aquellas trenzas

que besaba al morirse su personaje.

Mientras la pulpería del Viejo Pancho

tenga un trago de caña para las penas,

cruce el Indio Jesús rumbo a su dueño

y Juan Totora calce sus nazarenas.

Mientras se oiga una cifra, cante un boyero

y en el fogón heroico quede una brasa

valdrá el último gaucho como el primero

tendrá aurora el poniente de nuestra raza…

de esa raza que nunca salió al camino

donde el duende de hierro silbando pasa.

Ella no rompe lanzas contra el molino,

Ella no es cobardía ni es amenaza.

Porque no fue su intento buscar querellas

ni fue en su misma sombra, sombra de nada

ni tiene ese destino de las estrellas

que siempre se suicidan en la alborada.

Ella nació en la noche, la regó el llanto

del último charrúa y el primer paria,

es rosa de coraje, de amor y canto…

Flor de aurora romántica y solitaria…

Tiene en las vidalitas como un rocío,

de paz, para las viejas desolaciones

en el ramaje gaucho siempre bravío

han prendido luciérnagas las emociones.

Mientras Regules su cancionero

ser médico y ser gaucho, como el hornero

que en postes telegráficos levanta nido.

Mientras Roxlo le cante y en las guitarras

su lirismo consiga mágicamente

ir puliendo la herrumbre de las moharras

para que estas reflejen todas las frentes…

Y mientras el ayer, glorioso amigo

nos guie y nos demuestre que es el arado

como buen pensamiento que se hace trigo

y que de un coronilla sale un estrado.

Mientras nos quede un rumbo y una torcaza

y en el fogón sagrado de nuestra raza

brille un solo entusiasmo sin consumir

podrá el último gaucho con esa braza

incendiar las auroras del porvenir.

 

Versos de Yamandú Rodríguez

jueves, 5 de mayo de 2022

BORDONEO

Bajó del cielo una luz.

Sobre el ombú que en la loma,

como un atleta se asoma,

se posó en forma de cruz.

De la lechuza el cuz-cuz

rasgó el silencio campero,

al solitario viajero

lo inundó extraña congoja,

su entereza de deshoja

ante el presagio agorero.

 

Vuelve de lejano pago

donde luchó brazo a brazo;

hoy de maternal regazo

viene buscando el halago.

Lo sacude ese mal trago

que amarga la travesía;

aunque le sirven de guía

locas ansias de llegar,

siente alivio en esperar

a que alumbre el nuevo día.

 

ya sacude su congoja

en forma brusca y vehemente,

aunque una lágrima ardiente

la tosca mejilla moja.

Al flete la rienda afloja,

reinicia su caminar

y cuando va a repechar

por el tortuoso sendero

de nuevo el grito agorero

viene la calma a turbar.

 

Cruz diablo, dijo el jinete,

murmuró trunca oración,

sintió menos opresión

el corazón en su brete.

Arrancó al galope el flete

y del día en la alborada,

de su rancho en la enramada,

abrazó a la madre buena,

lloró envuelto en la serena

tibia luz de su mirada.

 

La luz que viene del cielo

que nunca al criollo acobarda,

la luz mala es la que arde

con miasmas de extraño suelo.

Escude altivo su celo

con luz de patria ideal,

tenga el fogón patriarcal,

brasas, luz de coronillas

y hará sombra en las cuchillas

nuestra bandera oriental.

 

Versos de Lino Contrera

LA GUITARRA

 Tiene en su alma moruna

suave tristeza que asoma

como la pálida aroma

de la flor de nuestras tunas;

es su encordado la cuna

de resonantes primores

y modula esos rumores

con que en la selva nativa

la palomita cautiva

reclama tibios amores!

 

Cuando su prima vibrante

estalla en agudos trinos,

suaves ecos cristalinos

resuenan emocionantes;

cabe allí la estrofa amante

que es la canción de un gemido,

y algún labio estremecido

busca otro labio dichoso

y en un afán delicioso

queda en silencio prendido!

 

Cuando gime la bordona

su grave, profundo acento,

desmayado en sentimiento

el corazón se abandona;

todo el cordaje se entona

en melancólico arpegio

y el sonido, suave y regio

de su alma resonante,

hace vivir un instante

de divino sortilegio!

 

Magestuosa sultana,

su armonía se reviste

con esa canción del “triste”

que es la elegía paisana;

con el “estilo” engalana

una cadena infinita,

y se estremece y palpita

gallarda, acariciadora,

en la nota seductora

de la agreste “vidalita”!

 

Ora alegre y retozón

su rasgueo se enseñora

en la danza arrulladora

del paisano “pericón”,

se achica en la “relación”

pa’ decorar el momento,

pero, en seguida, su acento

de melodías se llena

cuando la gaucha “cadena”

retoma su movimiento!

 

Ora grave y apenado

arpegia con un quejido

en el campero latido

del “cielito” enamorado,

vuela en giros entibiados

por un cálido lamento

y su tierno sentimiento

se desgrana en el espacio

bajo el inmóvil topacio

del tranquilo firmamento!

 

Ella también se adolora

en el silencio y olvido,

por las horas que ha gemido

bajo el rancho de totora;

ya no se alegra ni llora,

ni adornada con esmero

por el lazo bien campero

de la dulce compañera

va cruzada en bandolera

a la grupa del trovero!

 

Versos de Justo A. Triay