lunes, 16 de mayo de 2022

BARRO Y LUZ

 Mientras en las guitarras llore un estilo

y aleteen pañuelos en las tranqueras

y un cardo, centinela de punta y filo,

abra su flor sagrada sobre las eras…

Mientras las agüerías de rancho en rancho

sacudan los pulgares de los abuelos

y en las tardes azules quede un carancho

aviador campesino, planeando vuelos.

Mientras en las picadas de las ofensas

Barragán y Corrales laven su ultraje

y hable Javier de Viana de aquellas trenzas

que besaba al morirse su personaje.

Mientras la pulpería del Viejo Pancho

tenga un trago de caña para las penas,

cruce el Indio Jesús rumbo a su dueño

y Juan Totora calce sus nazarenas.

Mientras se oiga una cifra, cante un boyero

y en el fogón heroico quede una brasa

valdrá el último gaucho como el primero

tendrá aurora el poniente de nuestra raza…

de esa raza que nunca salió al camino

donde el duende de hierro silbando pasa.

Ella no rompe lanzas contra el molino,

Ella no es cobardía ni es amenaza.

Porque no fue su intento buscar querellas

ni fue en su misma sombra, sombra de nada

ni tiene ese destino de las estrellas

que siempre se suicidan en la alborada.

Ella nació en la noche, la regó el llanto

del último charrúa y el primer paria,

es rosa de coraje, de amor y canto…

Flor de aurora romántica y solitaria…

Tiene en las vidalitas como un rocío,

de paz, para las viejas desolaciones

en el ramaje gaucho siempre bravío

han prendido luciérnagas las emociones.

Mientras Regules su cancionero

ser médico y ser gaucho, como el hornero

que en postes telegráficos levanta nido.

Mientras Roxlo le cante y en las guitarras

su lirismo consiga mágicamente

ir puliendo la herrumbre de las moharras

para que estas reflejen todas las frentes…

Y mientras el ayer, glorioso amigo

nos guie y nos demuestre que es el arado

como buen pensamiento que se hace trigo

y que de un coronilla sale un estrado.

Mientras nos quede un rumbo y una torcaza

y en el fogón sagrado de nuestra raza

brille un solo entusiasmo sin consumir

podrá el último gaucho con esa braza

incendiar las auroras del porvenir.

 

Versos de Yamandú Rodríguez

jueves, 5 de mayo de 2022

BORDONEO

Bajó del cielo una luz.

Sobre el ombú que en la loma,

como un atleta se asoma,

se posó en forma de cruz.

De la lechuza el cuz-cuz

rasgó el silencio campero,

al solitario viajero

lo inundó extraña congoja,

su entereza de deshoja

ante el presagio agorero.

 

Vuelve de lejano pago

donde luchó brazo a brazo;

hoy de maternal regazo

viene buscando el halago.

Lo sacude ese mal trago

que amarga la travesía;

aunque le sirven de guía

locas ansias de llegar,

siente alivio en esperar

a que alumbre el nuevo día.

 

ya sacude su congoja

en forma brusca y vehemente,

aunque una lágrima ardiente

la tosca mejilla moja.

Al flete la rienda afloja,

reinicia su caminar

y cuando va a repechar

por el tortuoso sendero

de nuevo el grito agorero

viene la calma a turbar.

 

Cruz diablo, dijo el jinete,

murmuró trunca oración,

sintió menos opresión

el corazón en su brete.

Arrancó al galope el flete

y del día en la alborada,

de su rancho en la enramada,

abrazó a la madre buena,

lloró envuelto en la serena

tibia luz de su mirada.

 

La luz que viene del cielo

que nunca al criollo acobarda,

la luz mala es la que arde

con miasmas de extraño suelo.

Escude altivo su celo

con luz de patria ideal,

tenga el fogón patriarcal,

brasas, luz de coronillas

y hará sombra en las cuchillas

nuestra bandera oriental.

 

Versos de Lino Contrera

LA GUITARRA

 Tiene en su alma moruna

suave tristeza que asoma

como la pálida aroma

de la flor de nuestras tunas;

es su encordado la cuna

de resonantes primores

y modula esos rumores

con que en la selva nativa

la palomita cautiva

reclama tibios amores!

 

Cuando su prima vibrante

estalla en agudos trinos,

suaves ecos cristalinos

resuenan emocionantes;

cabe allí la estrofa amante

que es la canción de un gemido,

y algún labio estremecido

busca otro labio dichoso

y en un afán delicioso

queda en silencio prendido!

 

Cuando gime la bordona

su grave, profundo acento,

desmayado en sentimiento

el corazón se abandona;

todo el cordaje se entona

en melancólico arpegio

y el sonido, suave y regio

de su alma resonante,

hace vivir un instante

de divino sortilegio!

 

Magestuosa sultana,

su armonía se reviste

con esa canción del “triste”

que es la elegía paisana;

con el “estilo” engalana

una cadena infinita,

y se estremece y palpita

gallarda, acariciadora,

en la nota seductora

de la agreste “vidalita”!

 

Ora alegre y retozón

su rasgueo se enseñora

en la danza arrulladora

del paisano “pericón”,

se achica en la “relación”

pa’ decorar el momento,

pero, en seguida, su acento

de melodías se llena

cuando la gaucha “cadena”

retoma su movimiento!

 

Ora grave y apenado

arpegia con un quejido

en el campero latido

del “cielito” enamorado,

vuela en giros entibiados

por un cálido lamento

y su tierno sentimiento

se desgrana en el espacio

bajo el inmóvil topacio

del tranquilo firmamento!

 

Ella también se adolora

en el silencio y olvido,

por las horas que ha gemido

bajo el rancho de totora;

ya no se alegra ni llora,

ni adornada con esmero

por el lazo bien campero

de la dulce compañera

va cruzada en bandolera

a la grupa del trovero!

 

Versos de Justo A. Triay