lunes, 31 de julio de 2017

ORACIÓN A PINCEN

(Un valiente al que estamos esperando)

Al vencer el horizonte
la claridá de la luna
sobre la pampa cebruna
gana un vocerío el monte.
Hasta que un hombre desmonte
no cesa el murmuyo aquél,
y en el silencio más fiel
queda la impresión inmersa
que una misteriosa juerza
se detuvo junto a él.

Se para en los albardones,
a oriya de la laguna
donde su toldo fue cuna
de penosas conclusiones,
donde junto a sus varones
se unieron en parlamento,
y los rumores del viento
tráin del oleaje jadeante
un malón agonizante
pero jamás un lamento!

Es su raza dolorida
que’l yamao le manifiesta
soñadora de una gesta
tristemente destruida.
Renacerá en las heridas
de lamentables escenas,
hueya que no me es ajena
¡más ayá de lo qu’he escrito!
Esa injusticia es un grito
que me corre por las venas.

¿Por dónde estarás Pincén?
¿Cuál será el lugar glorioso
que en un eterno reposo
tus vanos restos estén?
Es, cacique, tu desdén,
tu coraje, tu pujanza,
tus boliadoras, tu lanza:
un emblema soberano.
¡Volvé a tus pampas, hermano,

que con tus restos alcanza!

Versos de Julio H. Mariano

viernes, 28 de julio de 2017

AMO A MI PATRIA Y A TI

Amo a mi patria y a ti
te rindo toda afición.
Por la patria doy la vida
y por ti mi corazón.

Vida mía, ten paciencia,
no desmayes en tu amor,
que en ambos está el dolor
que puede causar mi ausencia.
Yo por nuestra independencia,
de la tierra en que nací,
he de pelear porque así
previene la ley sagrada.
Pero primero que nada
amo a mi patria y a ti.

Yo adoro con fe constante
mi nación y mi derecho,
pero a ti rindo mi pecho
por ser la ley de un amante.
Yo venero el estandarte
que tremola en mi nación,
y con ardiente pasión
por la patria doy la vida:
pero a ti, prenda querida,
te rindo mi corazón.

No tengas penas por nada
que el cielo te ha de amparar,
mientras yo vaya a pelear
por la libertad deseada.
Dejadme empuñar la espada
amada prenda querida,
porque es ley esclarecida
que pene y muera un amante;
y en prueba que soy constante
por la patria doy la vida.

Mi pecho siente en verdad
el rato que no te veo,
pero es mi ardiente deseo
ver la patria en libertad.
La patria clamando está
por sus hijos, y es razón,
en la presente ocasión
en que ella se ve oprimida,
dar por la patria la vida

y por ti mi corazón.

Autor Desconocido

lunes, 17 de julio de 2017

LAS ALPARGATAS

1
Mucha gente le ha cantau
al paisano y a la china
al fogón, a la cocina
y a un flete bien ensillau;
a un trigal recién sembrau
que en las pampas reverdece
yo viá contar sin reveces
en esta ocasión tan grata
la historia de “la alpargata”
que también se lo merece.
2
Ella estuvo en todas parte
se te deben mil favores
y en vez de rendirte honores
solo tratan de olvidarte.
El consuelo de mi parte
te lo brindo por amor
si hasta el más fino doctor
también te tuvo que usar
cuando no quiso embarrar
sus zapatos de charol.
3
Acompañaste al resero
en su duro trajinar
y en la puerta del corral
lo esperastes al tambero.
Al costado de un alero
en un clavo amojosau
después que te habían lavau
te colgaban pa’ secarte
pa’l otro día encontrarte
firme y fiel, como un soldau.
4
Nunca hiciste oído sordo
Igual que el Negro Falucho
supiste apagar el pucho
girando en el dedo gordo.
Hoy te miran como estorbo
y eso me causa dolor,
te arrimaste al mostrador
a escuchar cuentos y hazañas
bebiste gotas de caña
cuando un vaso tambaleó.
5
Te usó el peón, el capataz,
mayordomo, el estanciero
y más de cuatro extranjeros
te usaron pa’ trabajar.
Con todos fuiste igual
de rendimiento pareja
nunca se te oyó una queja
si un gordo en duro porfiar
al no poderte calzar
tuvo que usarte en chancleta.
6
Le diste abrigo a mis patas
en días de crudo invierno
allá por mis años tiernos
chapaleado entre las chacras.
Pisando bosta de vacas
contra el pasto te limpié
y con alambre te até
cuando te habías descosido
ya ves que yo, no me olvido
del tiempo aquel, que se fue.
7
El color negro no empaña
lo grande de tu fortuna
con la marca “Rueda y Luna”
se batalló en las campañas.
Chicos contaron tu hazaña
al llevarlos a la escuela
chancleteaste con la abuela
de la cocina al galpón,
y bailaste el Pericón
al compás de la vigüela.
8
Hoy me da pena encontrarte
en un rincón olvidada
molestás y a la pasada
te tiran pa’ cualquier parte.
Es que vino a reemplazarte
una marca con tres tiras
me parece hasta mentira
que alguien te quiera igualar
ellos tal vez no sabrán
la historia de tu vida.
9
Fuiste la fiel compañera
de aquel que te supo usar
y yo te voy a llevar
pa’ lucirte donde quieras.
Hasta el día en que me muera
que áhi viá pedir un favor
dejen que sigan las dos
en mis pies “las alpargatas”
por áhi mi alma sale a pata
rumbo a los campos de Dios.

Versos de Juan Carlos Gaffoglio

                       “El Cimarrón”

domingo, 16 de julio de 2017

A ABEL FLEURY

Pampero Amanecido en lontananza,
la brisa fresca y el ardor impuesto,
hacia cada emoción, en cada gesto,
lleva el canto rural de la labranza.

En insignes promesas, la templanza
lleva aplausos latentes en su arresto,      
y armónicos trazados, para el puesto
de músico mayor de la Esperanza.

Milongueo de Ayer, donde entre estrellas
en cien guitarras vibran sierra y llano,
o en seis sonoros hilos vibradores…

santigua musas, de floridas huellas
en el estilo que él nombro Pampeano.
Su nombre: Abel Fleury. Vive en Dolores.

Versos de Eduardo Moreno

sábado, 15 de julio de 2017

ROMANCILLO

Yo también quisiera,
serranilla guapa,
allí entre las breñas
tener mi cabaña.

Y no bien despunten
las luces del alba,
gustar esa gloria
que da la montaña.

Llegarme a la vieja
capilla serrana,
y en su paz austera
decir mi plegaria.

Guardar los corderos
como tú los guardas,
corriendo tras ellos
por valles y faldas.

Ir así aspirando

la agreste fragancia

que brinda el poleo,

la menta y la salvia.



Escuchar las voces
del hilito de agua,
y tener cual ellas
cantarina el alma.

Quien busque allí amores
sabrá que no engañan;
son puros y firmes
como sus montañas.

¡Ah! ¡Cómo te envidio!,
donosa serrana.
¡Cómo por tu vida,
mi vida cambiara!

Nada aquí perdura,
todo es cosa vana;
la ciudad nos deja
siempre fría el alma…


Versos de Lía Gómez Langenheim

domingo, 9 de julio de 2017

ARGENTINO

Nací argentino, y honrado
me siento al haber nacido.
Fe con que he robustecido
todo a mi ser que he templado
en el fuego más caldeado
de un intenso patriotismo,
que atesorado en gauchismo
de leyenda y tradición,
es constante inflamación
que arde altiva en mi idealismo.

Gaucho argentino que fue
el exponente acabado
del ser humano tallado
con el amor y la fe,
dotado del no sé qué
de grandeza sin igual
franco, bravo, manso, leal
carne sufrida de gloria
que ha de perpetuar la historia
como figura inmortal.

Castigado a sol y viento,
curtió la madre natura
la varonil estructura
del gaucho temperamento
y ese temerario aliento
de heroísmo y probidad,
no dio Patria y Libertad
sangrándose por ideales,
que son acervos morales
de nuestra argentinidad.
                               (aproxim. 1937)


Versos de Santiago H. Rocca

jueves, 6 de julio de 2017

NOCHE AMIGA

1
Es de noche! Cautelosa
tras una nube lobuna
se asoma a vicha la luna
como comadre curiosa.
En la tranquera una moza
de formas suaves y bellas,
está incitando querellas
trenzadas en rudo vuelo,
porque le ha robado al cielo
con sus ojos, dos estrellas.
2
Es fama entre la mozada
pretendiente de su halago
que es la más linda del pago
y por tal, más codiciada.
La guerrilla desplegada
se está derrochando en vano,
porque alguno más baqueano
y sin duda más apuesto
acaba de echar el resto
para ganarles de mano.
3
Es de la tierra bravía
del ceibo y del coronilla
y al flamear de su golilla
va diciendo su hidalguía.
No lo apadrinan; confía
en su propia decisión
y el orgullo de varón
de los gauchos de su raza
lo lleva como coraza
prendido en el corazón.
4
Pero el interés mezquino
de los padres de la prenda
pretenden por otra senda
encaminar su destino.
Cierto gringuito ladino,
sin dignidad y sin decoro
quiere llevarse el tesoro
de aquella lozana flor
como si fuera el amor
a comprarse con el oro.
5
Algo se han dicho “los viejos”
secreteándose al oído
y como chisme han corrido
de rancho en rancho las quejas.
“Las juerzas no son parejas,
dicen, y tendría que ver
que un gringo venga a torcer
con sus embustes y embrollos,
dos juertes corrientes criollas
confundidos en un ser”.
6
Por eso, la noche tiende
como en paisaje de encanto
el negro poncho de un manto
que protege y que defiende.
La luna gaucha comprende
de que todo debe estar
y sin volver a vichar
como volcándole el anca,
allá atrás de una barranca
se va del todo a ocultar.
7
Suena el chistido agorero
de sonámbula lechuza
y la moza el oído azuza
como sondando el estero.
Por el oscuro sendero
el criollo en un moro avanza
y en la serena confianza
del que tiene más derecho,
va iluminando su trecho
a golpes de la esperanza.
8
“Moro! le dice, tendrás
hoy que llevar una carga
como en tu vida ya larga
habrás llevado jamás”.
El moro sigue el compás
de su trote sostenido
y como quien por cumplido
una respuesta deshoja,
hace rodar la coscoja
con estridente sonido.
9
Por todas partes es franca
la oscuridad de la sombra,
casi sin hablar, la nombra
y de un salto está en el anca.
En firme galope arranca
sobre las pampas dormidas
y el moro a riendas tendidas
siente sus fuerzas bagualas
como si fueran dos alas
a los garrones prendidos.
10
Después… sobre una lomita
un rancho que se levanta
y una calandria que canta
al venir la mañanita.
Un gurisito que grita
bajo la glicina en flor,
un ceibo que da color
al fiel paisaje campero
y encima un nido de hornero
como símbolo de amor.


Versos de Tabaré Regules

miércoles, 5 de julio de 2017

PONCHO

Prenda de cielo entablada
cobija de nuestra gloria,
viviste toda la historia
de la contienda pasada.
Emoción de la patriada
augusta, serena y fuerte,
desde el nacer a la muerte
nos diste calor de nido:
fuiste blasón desmedido
en el rumbear de la suerte.

No puede nadie olvidar
que fuiste en inviernos crudos
manto de mis gauchos rudos
y techo para campear.
Nadie tendrá que alegar,
frente a tus dignos blasones,
que fuiste en patrias legiones
alero ante la tormenta
y escudo, cuando una afrenta
insinuaban los varones.

Poncho surero, en el norte
llegaste hasta las montañas
remozando tus hazañas
con tu donaire y tu porte.
Aunque ahora no le importe
al hombre desprevenido
que te va echando en olvido
lo que fuiste en la batalla,
oigo un rumor en tu malla
que no es queja ni alarido.

Es el arrullo capaz
de darse en nuevas patriadas
sin que nadie en las andadas
de flojo se vuelva atrás.
Es el empuje tenaz
de una vibración sonora
que marca el tiempo y la hora
de una pasión dominante
que añora, siempre anhelante,
de la vida nueva aurora.

Prenda de las emociones
y las auroras rosadas,
te adoptaron las indiadas
al verte en las poblaciones.
Se enredaron los facones
en tu urdimbre bien tejida
y le salvaste la vida
a la patria, hecho coraza,
para brindarle una raza
que nunca será vencida.

Poncho del norte o del sud,
poncho de los entreveros;
que nunca torpes aceros
quiebren tu noble quietud.
Vive en tí la excelsitud
de una estirpe soberana,
la que nos llamó en la diana
de las horas memorables
y opuso el pecho a los sables
para teñirte de grana.


Versos de José Juan Bianchi