Cuando
en la noche se acuna
la
luz fulgurante y bella
de
alguna tímida estrella,
reflejada
en la laguna…
por
envidiosa la luna,
se
contempla en un jagüel…
cuando
el rocío, por fiel,
humedece
el pasto lacio…
alza
su voz al espacio…
Mario Triviño
Montiel.
Hoy,
cuando el tiempo disgrega,
la
línea demarcatoria,
de
aquel “mojón” en la historia,
de
incomprensibles “refriegas”…
en
“los blancos” de Villegas,
en
las lanzas de Catriel,
del
“malonero” tropel,
en
lucha y en competencia
de
allí, recogió su esencia,
Mario Triviño
Montiel.
Cuando
a cualquiera, le conste…
que’l
pájaro en su donaire,
puede
escribir en el aire
todo
el concierto del monte…
cuando
el sol, al horizonte,
lo
hace sangrar, sin ser cruel,
cuando
amaina su tropel
la
“yeguada cimarrona”…
alza
su voz redomona
Mario Triviño
Montiel.
Cuando
en la noche silente…
preñada
de florilegio
se
percibe un dulce arpegio,
que
no está, pero se siente…
cuando
el mar -monstruo rugiente-
por
encontrar su nivel…
por
indómito, por cruel,
destroza
rocas y amarras…
alza
altiva su guitarra,
Mario Triviño
Montiel.
Versos
de Jorge
A. Soccodato
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