Resurjan
los viejos lares
en
el seno de la pampa
y
otra vez brille la estampa
de
una raza de jaguares;
perfumen
los trebolares
la
llanura colosal,
y
con su canto el zorzal
letifique
(*) la pradera
para
que así nunca muera
la
tradición nacional.
Resurja
la legendaria
toldería
de Catriel,
y
del gaucho noble y fiel
la
vetusta indumentaria;
en
la pampa solitaria
vuelva
la china cordial,
a
usar traje de percal
y
cinta en la cabellera
para
que así nunca muera
la
tradición nacional.
Resurjan
esas bizarras
figuras
de nuestros criollos,
que
ayer salvaron escollos
con
el poder de sus garras;
dejen
oír las guitarras
igual
que un himno triunfal,
el
malambo sin igual,
el
triunfo y la chacarera
para
que así nunca muera
la
tradición nacional.
Resurjan
esos fogones
que
gauchas manos formaron
y
que después derrumbaron
los
hijos de otras naciones;
organícense
reuniones
a
la sombra del sauzal
como
las que el criollo leal
organizaba
en su era,
para
que así nunca muera
la
tradición nacional.
Versos
de Mariano
N. Cuello
(*) letificar:
alegrar, animar
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