martes, 3 de abril de 2018

LA QUEMAZÓN


El relincho anunció la llamarada
y la locura revoleó sus crines.
Indios de fuego, rojos danzarines
maloqueando la seca empalizada.

Pasa sobre el dolor la caballada,
sobre el grito, la angustia, los clarines.
La noche se alumbró hasta los confines
con la furia en los potros incendiada.

Cuando buscó la luna en las arenas
el mangrullo, el corral y los tres ranchos
solo halló el horizonte embravecido,

después el humo que se eleva apenas,
el salitral, el viento, los caranchos,
la ceniza impalpable del olvido.

Versos de Osvaldo Guglielmino

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