Rompe
en los desfiladeros
el
estruendo de un ciclón...
Son
ellos; los granaderos
dantescos
del escuadrón
de
la muerte: los primeros
que
escalando los peñones
en
un fantástico vuelo
de
Pegasos redomones,
empenacharon
de cielo
el
casco de sus morriones!
¡Son
ellos! Bajo la lumbre
del
firmamento inmediato,
revuelan
de cumbre en cumbre
y
ve absorto el Tupungato
una
alada muchedumbre
que
trepa por la ladera
purpurada
de arrebol,
lo
mismo que si quisiera
robarse
el disco del sol
para
usarlo en la bandera!
¡Son
ellos! Descenderán
del
lado del occidente;
y
las águilas verán
que
al retomar el naciente,
por
botín de guerra van
conduciendo
los atletas,
redención
en las pupilas,
luz
de las almas inquietas,
libertad
en las mochilas
y
el cielo en las bayonetas!
Versos
de Belisario
Roldán
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