lunes, 24 de agosto de 2015

EL VIEJO GALLERO

Después de unos paraísos
a la salida del pueblo,
en una casita rosa
descansa el viejo gallero.
Sus ojos dormidos miran
sin mirar, siempre a lo lejos
un paisaje de trigales,
un moro, sus escarceos,
el vuelo de una perdiz,
la lágrima del lucero
y una nube colorada
entre las manos del vientoi.
¡Adiós, Don Luna! le dicen
mariposas y flamencos.
¡Adiós, Don Luna! los cardos
cimarrones en su duelo.
¡Adiós, Don Luna! la pampa
con su ademán de jilgueros.
Él sigue en su silla parda.
A sus pies dormita un perro.
Los gallos, los roncos gallos
trazan sus arcos de fuego.
Los higos paletas muestran
su corazón dulce y tierno.
Zumban abejas de luz.
Dan su escándalo unos teros.
¡Qué dicen en su alto idioma
los alamitos enhiestos!

La mañana es una rosa
entre linares inmensos.

(San Francisco, Córdoba, 1968)


Versos de Alfredo Vallini

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