Un
toque de leyenda resucita
la
lumbre del farol sobre la escena:
junto
al carro, la noche, y la serena
rueda
criolla, y el viejo que dormita.
Clavadas
a lo lejos, se dan cita
las
luces del poblado. Aquí, plena,
la
charla de los hombres va en la amena
cadencia
de los dichos; y palpita
ese
hondo no sé qué que tiene el rito
campero
del fogón. Al trotecito
de
los recuerdos, por ahí, se cruza
ese
saludo de ignoradas alas…
Y
sobre el reflejar de luces malas
se
agita la obsesión de la lechuza.
Versos
de Miguel
Iribarne
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