El ‘chisme’ era asunto
serio
en esos tiempos de
antaño,
donde con lujo tamaño
develaban los
misterios,
no se gastaba
improperio
los chismes eran
discretos,
y entre tanto
vericueto
donde tallaban las
viejas
todos paraban la oreja
ante el informe
concreto.
-¿Vio doña Veneración…?,
la Lumila se haya encinta!
está perdiendo la pinta
ya se le nota un montón…
¿El papá será Ramón…?
o será el “Negro” Gomila
que si nadie lo vigila
se mueve con gran destreza
para meterse en la pieza
donde descansa Lumila.
-“La Urpillita, vio… Gregorio?,
si el marido toma el tren
se cambia en un santiamén
para salir de jolgorio;
es un caso muy notorio
y el marido no hace caso,
él no le teme al fracaso
y la mira con ternura,
pero es triste su postura…
tiene unos cuernos machazos!!!
Así era la gran rutina
en el parloteo diario,
no había ‘tele’ ni
‘radio’
por eso el chisme
camina;
se comía en la cocina…
sin personal que te
asista,
solo no perder de
vista
el notición que
taladre,
que ventilan ‘las
comadres’
verdaderas
‘periodistas’.
“Pueblo chico,
infierno grande”
era el refrán
conocido,
se daba por entendido
por eso el chisme se
expande,
con la rutina de
Sandez
han llevado… quién
diría?,
pero quedan todavía
chusmeríos, un montón,
que ‘la gran
televisión’
te encaja todos los
días.
(11/08/2018)
Versos de Rubén
J. Garaventta
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