Cual
páramo inhabitable
estaba
yerta la pampa
y
hecha un vellón de cenizas
inmutable
la calandria.
Despeinando
los mangrullos
silbaba
el viento en sus pajas
y
biselando crespones
sollozando
asomó el alba
porque
esa noche la muerte
lo
copó a Fermín Villalba.
Chasque
de copla y camino
que
a resuello de palabras
ibas
escoltau de asombro
al
pago de la nostalgia.
Qué
frescura había en tu canto
al
alba de tu garganta
y
qué gentil era el porte
de
tu estampa provinciana,
que
no respetó la muerte
trovador
Fermín Villalba.
Pero
tu imagen regresa
resereando
en las mañanas
es
adiós en las tranqueras
y
silbo en las rastrilladas,
malambo
de los fogones
que
el viento danza en sus llamas
o
surero bordoneo
de
alguna milonga mansa
que
no ha de truncar la muerte
trovador
Fermín Villalba.
Hoy
sin falsas ambrosías
salí
a los campos del alma
a
juntar flores silvestres
vírgenes
de brisa y agua.
Con
el filo de un suspiro
las
fui cortando con lástima
y
sobre la cruz del sur
las
até con la mirada
para
que nunca el olvido
te
cope Fermín Villalba.
Versos
de Juan
Carlos López
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