“El
sol” triste meditaba
sobre
ese raro misterio
que
siendo enorme su imperio
todo
no lo dominaba,
desde
hace siglos estaba
de
“la Luna” enamorado,
y
aunque sin ser rechazado
esta
deducción hacía:
“¿Por qué desaparecía
cuando él tomaba el mando?”
Y
entonces dijo: “Mañana
le contaré mis amores
ni bien lleguen los fulgores
románticos de mi diana,
la nombraré soberana
con absoluto poder
y sus perlas van a ser
las más valiosas y bellas”,
y
así, soñando con ella
preparó
el amanecer.
Bien
centrado en sus cabales
dirigiendo
desde oriente
manda
el primer contingente
de
calandrias y zorzales,
arboledas
y trigales
se
bañan en carmesí
y “el
Sol” ya fuera de sí
va
furioso a la laguna,
porque
sabe que “la Luna”
siempre
va a soñar allí.
Y otra
vez burló a su amor
porque
ella odia la fortuna,
no
será esposa “la Luna”
de
ningún emperador;
ella,
como el soñador
es
feliz con sus quimeras
y
él, que es fuerza que genera,
que
lo que dispone es ley,
es
al fin el pobre “rey”
que
añora una compañera:
Versos
de Orlando
Solaberrieta
No hay comentarios:
Publicar un comentario