En
un rincón recostada
del
gacho rancho barroso
duerme
el sueño silencioso
de
pobre cosa olvidada…
alguna
mano bronceada
la
revoleó en la contienda
y
en la envestida tremenda
de
los tapes montoneros
hendió
pechos y abrió cueros
para
escribir su leyenda.
Sirvió
de asta a la divisa
que
enarbolara un denuedo
y
con ella bajó al “ruedo”
de
la temeraria lisa…
La
madrugada indecisa
la
vio pasar cimbradora
dejando
atrás a la aurora
en
una loca porfía,
por
ganarle a cada día
la
libertad de una hora.
Galopeó
a los cuatro vientos
las
cuchillas entrerrianas,
fiel
al toque de las dianas
y
sumisa a sus acentos
tiritó
en largos y cruentos
ambulares
silenciosos
en
inviernos tempestuosos
plenos
de lluvias y escarchas
y
se caldeó con las marchas
de
veranos bochornosos.
Como
un dedo del destino
marcó
un rumbo al montonero
y
lo llevó al entrevero
con
furor de torbellino…
entre
el polvo del camino
disimuló
sus fulgores
y
en los siniestros albores
de
la república incierta
brilló
el centinela, alerta
de
sus gauchos resplandores.
En
la historia abrió su trazo
limpio,
nítido, implacable,
como
el rastro perdurable
del
costurón de un hachazo
cimbrando
en el férreo brazo
de
un criollo guapo y curtido
que
embestía enfurecido
como
un jaguar sanguinario
defendió
su abecedario
y
lo salvó del olvido.
Cuando
en Caseros cargó
tras
ella fue la victoria
aunque
lo calle la historia
que
siempre la despreció
nadie
su triunfo cantó
y
silenciosa y modesta
tornó
a su arisca floresta
siempre
siguiendo al gauchaje
que
en las lides del coraje
con
ella anduvo de fiesta.
Apuntaló
la cumbrera
ya
carcomida de un rancho
hasta
que algún zafarrancho
lo
convirtiera en tapera
sirvió
de arco en la carrera
de
sortija más mentada
y
hasta anduvo soliviada
en
la mano de un boyero
cuando
corrió el derrotero
de
una carreta cansada.
Olvidada
en un rincón
duerme
en un sueño tendido
como
duerme en el olvido
nuestra
criolla tradición;
amalhayando
el varón
que
la venga a despertar,
no
para hacerla cimbrar
en
lanzazo furibundo
sino
para darle al mundo
en
un épico cantar.
Versos
de Arturo
Berrotaveña
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