Anheloso
de pescar
infraganti
a la mañana,
abre
el sol a su ventana
y
se asoma a curiosear.
Pero
el pájaro sin par
centinela
del paisano
con
su cántico temprano
puso
a todo en precauciones
y
ya brillan las acciones
en
el ámbito del llano.
El
relincho del bagual
llega
en sones colosales
mientras
echan los pajales
a
algún huésped nocturnal.
En
el centro del cardal
baja
el ave a comer algo
y,
correcto y muy hidalgo
el
ñandú maratonista
baja
el record de la pista
exigido
por el galgo.
El
peoncito domador
sube
y vence a los baguales,
cuando
ponen los mensuales
alma
y nervio en la labor.
La
perrada en su furor
va
ahuyentando a la majada
que
contempla consternada
en
el viejo estaqueadero
cada
ausente en cada cuero
de
epidemia o de carneada.
La
chinita excepcional
en
un rinde de destajo
va
cortando tajo a tajo
a
la leña del corral.
Y
al alzarse señorial
el
solcito, muy contento,
en
los mástiles del viento
se
asemeja a una bandera
la
silueta del “linyera”
que
se pone en movimiento.
Versos
de Juan
Antonio Bourdieu
No hay comentarios:
Publicar un comentario