miércoles, 11 de febrero de 2015

MADRUGANDO

Anheloso de pescar
infraganti a la mañana,
abre el sol a su ventana
y se asoma a curiosear.
Pero el pájaro sin par
centinela del paisano
con su cántico temprano
puso a todo en precauciones
y ya brillan las acciones
en el ámbito del llano.

El relincho del bagual
llega en sones colosales
mientras echan los pajales
a algún huésped nocturnal.
En el centro del cardal
baja el ave a comer algo
y, correcto y muy hidalgo
el ñandú maratonista
baja el record de la pista
exigido por el galgo.

El peoncito domador
sube y vence a los baguales,
cuando ponen los mensuales
alma y nervio en la labor.
La perrada en su furor
va ahuyentando a la majada
que contempla consternada
en el viejo estaqueadero
cada ausente en cada cuero
de epidemia o de carneada.

La chinita excepcional
en un rinde de destajo
va cortando tajo a tajo
a la leña del corral.
Y al alzarse señorial
el solcito, muy contento,
en los mástiles del viento
se asemeja a una bandera
la silueta del “linyera”
que se pone en movimiento.


Versos de Juan Antonio Bourdieu

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