lunes, 25 de junio de 2018

DESDE EL ALERO


1
Vengo buscando tu alero
donde el amparo de un nido
la madre selva ha tejido
para el trovador campero.
El encendido lucero
de tu hermosura temprana
me conduce a la ventana
donde te muestras triunfal…
¡Cómo si fuera un zorzal
para cantar tu mañana!
2
Cerca, muy cerca de ti,
vengo a decirte la cuita
que en la llanura palpita
y en la llanura aprendí.
Para cantarte nací
en la flora del plantío;
-feraz belleza de estío,
calcada en sensual donaire
como esas flores del aire
nacidas para el rocío-.
3
Yo vengo para cantar
tus frescuras de capullo
con el vibrante murmullo
que deja el viento al pasar.
Yo te quiero acariciar
como al junco la laguna;
y sin vehemencia ninguna
descender en mis antojos
hasta el fondo de tus ojos
deshecho en rayos de luna.
4
Yo quiero ser el raudal
en cuya líquida curva
la correntada no turba
su letargo de cristal,
y caricia del sauzal
llegar a tus pies, dormido,
ser espuma; ser latido
de los hervores del cauce;
y en las penumbras del sauce
besarte apenas, sin ruido…
5
Yo quiero ser la llanura
donde se ahonda tu anhelo;
horizonte de tu cielo,
espacio de tu ternura…
Y ser la caricia obscura
de la noche que te asombra,
cuando la brisa te nombra
con su lenguaje lejano…
¡Como si el alma del llano
te besara con la sombra…!
6
Yo quiero ser la enramada
que te da sombra y perfume,
donde tu afán se consume
como una pena callada…
Y abrazando tu morada
ser el fleco de glicina,
donde la calandria trina
y se acurruca la aurora;
siempre vibrante y sonora
de vuelos de golondrina.
7
Yo quiero ser a lo lejos
lo que buscan tus miradas
en las tardes incendiadas
de vespertinos reflejos…
los sentimientos perplejos
de tu espíritu hecho aroma;
el trebolar de la loma
donde brotas, margarita;
y la rama que se agita
cuando te asientas, paloma…
8
Yo quiero ser el rosal
que en las mañanas de octubre,
al inclinarse, te cubre
de flores el delantal…
Y en tu blusa de percal
ser el adorno florido
que te acaricia, atrevido
en tentaciones deshecho
para vivir en tu pecho
como un recuerdo prendido…
9
Yo quiero ser la canción
que en las cuerdas se desgarra
cuando gime la guitarra
lo mismo que un corazón…
ser la oculta vibración
de tus íntimos cantares,
el ritmo de tus andares
que en armonioso trofeo,
va perdurando el deseo
de los tangos populares.
10
Yo quiero ser el rumor
de la pampa indefinida
-espuma desvanecida
en tus riberas de amor-.
Y ser en tu alrededor
lo que ambiente y alma es,
para filtrarme al través
de las flores del alero…
¡Como si fuera el pampero
enamorado a tus pies!

Versos de Francisco Aníbal Riú

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