-1828-
A Manuel
Dorrego
Ya,
sin luna y sin estrellas,
puebla
las noches cerradas
una
larga sombra augusta
que
dio al pago nombre y fama.
“Mi
tirador, mis espuelas
y
este puñado de cartas;
pañuelo:
para el que llore
por
la sangre derramada”.
“Nadie
me vende los ojos;
me
está mirtando la patria”.
Y
cayó de cara al cielo:
su
bandera y su mortaja.
…………………………
Alguien
arrojó al fogón
ceniza
sobre las brasas.
Cuando
sopla el viento su,
el
rescoldo se hace llama.
Versos
de Enrique
Vidal Molina
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