Para los que
despotrican
sin razones valederas,
de las costumbres
camperas
y de quienes las
practican;
para aquellos que
predican
tamañas temeridades
si otras finalidades
que aminorar lo
nativo,
éstas décimas escribo
y en ellas… ¡cuatro
verdades!
han de estar a flor de
labios
para castigar agravios
a quien nos falte el
respeto.
Y si a redentor me
meto
será porque me imagino
poder seguir mi camino
de nuestro inicial
glorioso,
porque me siento
orgulloso
de haber nacido
argentino.
Y pampa… porque en mis
venas
corre sangre de
aborigen;
de aquellos que no
transigen
ni los engrillan
cadenas.
De aquellos que en las
arenas
de nuestros patrios
senderos
fueron dejando regueros
de sangre
emancipadora;
sangre criolla, vencedora
en más de cien
entreveros.
De aquellos que no
quisieron
nada en concepto de
guerra:
ni aún el palmo de
tierra
del lugar donde
nacieron.
De aquellos que no
tuvieron
más ley que su
autoridad,
que es suprema
voluntad
de nuestra soberanía;
despreciar la tiranía
es amar la libertad.
De los que luego
plantaron
el primer poste
esquinero;
los que de un nido de
hornero
su patrio rancho
imitaron.
Los que más tarde
regaron
con el sudor de su
frente
el noble surco…
imponente
tajo de fecundidad.
Quien va a la
posteridad
no resbala en la
pendiente.
De aquellos que
resereando,
curtidos de soledad
ganaron la inmensidad
tranqueando, siempre
tranqueando.
De los que fueron
paseando
sobre la vasta llanura
su romántica figura
cara al sol… siempre
de frente,
como el más fiel
exponente
de nuestra raza
futura.
E esa extirpe de
varones
con que nos legó el
destino,
de esos soy yo… argentino,
pampa sin
claudicaciones.
Sin en algunas
ocasiones
es áspero mi lenguaje,
es reacción contra el
ultraje
que se pretende
inferir
al tratar de confundir
criollismo con
compadraje.
Argentino por derecho,
por ley y por
tradición;
íntima satisfacción
que me está golpeando
el pecho.
Argentino por derecho,
por ley, por razón de
herencia;
argentino por
decencia,
que es patrimonio del
hombre,
y lo juro por mi
nombre:
¡Argentino por
conciencia!
Versos de Enrique
Uzal
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