La milonga
payadora
va marcando
un horizonte
y la
guitarra es un monte
que se
enciende con la aurora.
En cada
cuerda sonora
que al
instante se golpea,
todo
payador emplea
el difícil
mecanismo
de
encontrar en uno mismo
dónde se
esconde la idea.
Antes de
hablar reflexiona,
medita el
verso un segundo
y a veces
es tan profundo
que hasta
el mismo se emociona!
Busca,
piensa y ambiciona
una imagen
creativa,
de todas
las que cultiva
revelando
otro misterio,
sabrá,
según su criterio,
cuál es la
definitiva.
Sin
importar el talento
al ir
formando la frase
difícil a veces
se hace
encontrar
un pensamiento;
que
contenga fundamento
debe ser
lo principal,
profundo y
original
se espera
que el verso sea
y ha de
encerrarse una idea
al
principio y al final.
La
inspiración que guardada
dentro de
uno permanece,
si se precisa
aparece
cuando no
aparece nada;
cada frase
utilizada
no es tan
solo una oración
porque
gracias a la unión
de otras
frases que se forman
en un
verso se transforman
gracias a la
inspiración.
Si un
pensamiento convoca
para que
la mente se abra
deja libre
la palabra
que estaba
presa en la boca.
En cada
tema que toca
sacará de
su interior
versos, de
puro valor
que dentro
del pecho encierra,
¡para que
escuche la tierra
el canto
del payador!
Versos de Luis
Genaro
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