domingo, 13 de octubre de 2013

MALAMBO

La noche le puso al viento
negro chiripá de gaucho.
Un par de estrellas cayeron
rodando sobre los pastos.
Y así, con magia de Pampa,
de galopes desatados,
de arroyo, gramilla, trébol
y dura gracia de cardo,
mirando la Cruz del Sur
nació el Malambo.

Espuelas de plata pura
con más cantos que un verano.
Espuelas llenas de pinchos
terror de los potros bravos.
Espuelas de fierro dulce
del que nunca tuvo rancho.
Todas, siquiera una vez
en un domingo paisano
rayaron los patios criollos
Malambeando.

¿Qué es la espuela? Es una estrella
copiando el sonido exacto
de los galopes tendidos
a lo largo y a lo ancho.
O galopeando en silencio
cuando el caballo va al tranco
sin apuro, en un regreso
sin por qué, dónde, ni cuándo.

¿Qué es la espuela? Luz de luna
que una vez se hizo pedazos
por besar una guitarra
que entre las manos de un gaucho
se durmió en un solo ritmo,
Malambeando…

La guitarra suena, suena.
De su brocal embrujado
salen los tonos precisos
en tres acordes rasgueados.
¡Sírvase algo el guitarrero,
y siga con el Malambo!

Un forastero se allega
y prudente se abre paso:
si me permite la gente
voy a pedir un barato.
¡Yo soy de Saldungaray,
y cuando estoy mudanceando
bailo mirando de frente,
mientras tengo preparado
mi caballo, rienda arriba,
y el poncho envuelto en el brazo!

En las guitarras del sur
la pampa está malambeando,
con viento, arroyo y estrella,
con cardo, gramilla y árbol.
Con sus eneros quemantes
y sus junios escarchados.
Y con las huellas tendidas
a lo largo y a lo ancho.

Rancho, estancia y pulpería,
¡allá van, de pago en pago
las guitarras de la Pampa,
Malambeando…!

Sobre las criollas vihuelas,
galopando, galopando
la Pampa, llegó a la fiesta:
“¡Güenas tardes, amigasos!
Con su permiso, señores,
ponga una güelta. Yo pago.
¡A la salú de la moza!
¡Guitarrero, cántese algo!”
La Pampa bebió ginebra
y habló de potros y pastos,
de bueyes y carretones,
de cañadones y vados.
Habló de lanzas y ponchos,
de rodeos y de lazos.
¡Y ajustándose el barbijo
como pa’ montar un bravo,
se metió en los corazones
Malambeando!

El Malambo es el guardián
de una tropilla de cantos
que andan por la tierra nuestra
marcaos, y siempre orejanos.
¡No morirán las vidalas,
las chacareras ni el gato,
ni la huella, ni la zamba,
los estilos ni los huainos,
mientras retumbe la tierra
en los domingos del campo,
y se haga astillas un criollo
malambeando! ¡Malambeando!

Versos de Atahualpa Yupanqui

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