sábado, 17 de febrero de 2024

EL OTRO ADIÓS

 Juntando las palabras que dicen haberle

oído a Don Segundo cuando velaban los

restos de Güiraldes con aquella

inolvidables del fin de la novela:

 

“-Bueno m’hijo”, le oyeron al momento

del adiós, en el último visaje

y entre gente ilustrada y paisanaje

se alejó, más dolor que pensamiento.

 

Casi arrastrando al paso su rebenque

lo vio llegar el alazán, atado

allí, donde un rincón del alambrado

fue en esa tarde ocasional palenque.

 

Llevó la mano al tuse, su mirada

volvió al campo estribando, y de repente

tuvo ante sí otra vez la dilatada

 

llanura, y se fue yendo lentamente

tranco a tranco, detrás de la lomada

como quien se desangra”, nuevamente.

 

Versos de Rubén “Basko” Iriart

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