jueves, 7 de enero de 2016

TREINTA ONZAS POR UN APERO

Treinta onzas por un apero,
es un precio demasiado,
porque bastante lo ha usado
el que lo compró primero.

Yo no debía ni pensar
en apero de esta clase,
aunque tanta falta me hace
tal vez no lo pueda usar
ni aún siendo particular,
no me sería lisonjero,
el gastar tanto dinero
en el estado que estoy;
me parece que no doy
treinta onzas por un apero.

Es cierto que al parecer
el apero es elegante,
pero como no es flamante
puede algo malo tener.
De estar echado a perder
si el dueño fue descuidado,
puede estar apolillado
y tal vez sin compostura,
mirándolo con cordura
es un precio demasiado.

En mí sería una maldad
si pretendiera comprarlo,
sin primero examinarlo
y mirar su calidad.
Solo por casualidad
podría salir a mi agrado,
aunque muy bien arreglado
pero el dueño por supuesto,
puede haberlo descompuesto
porque bastante lo ha usado.

Cierto, el apero es muy lindo
más no por eso consiento,
en que sea de buen asiento
por el uso que ha tenido.
Puede por algún descuido
maltratarme el parejero,
porque según considero
tiene el defecto mayor
en que lo hizo atrasador
el que lo compro primero.

Versos de Autor Desconocido


(Recogido por Juan Alfonso Carrizo, en Salta)

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